Un grupo de mujeres, representantes de diversas regiones y pueblos de Guatemala, conformaron la Red Comunitaria para la Resiliencia, a través de la cual buscan fortalecer sus conocimientos y experiencias en gestión del riesgo a los desastres e impulsar modelos de agricultura orgánica para afrontar las consecuencias del cambio climático.
La red fue conformada durante la celebración del Primer Encuentro de ex-alumnas y alumnas de la Escuela de Liderazgo de Mujeres para la Construcción de Resiliencia Comunitaria y la Reducción del Riesgo de Desastre, realizado en Livingston, Izabal a finales de febrero.
Durante el evento las participantes conocieron diversas experiencias para fortalecer la seguridad y soberanía alimentaria, a través de las iniciativas que han implementado las mujeres organizadas de la Comunidad San Juan y de la Escuela Ak´tenamit, las cuales se basan en el impulso de la agricultura orgánica a través de bancales aéreos.
De igual forma, las mujeres participantes intercambiaron semillas de diversos cultivos, con la intención de ir promoviendo su adaptación en función del cambio climático, lo cual les ayudará a fortalecer la resiliencia de sus medios de vida y enfrentar de mejor forma cualquier evento o desastre natural que se presente en sus comunidades, garantizando el suministro de comida y la subsistencia en casos extremos.
Rebeca Troches López, de la Aldea San Juan, Livingston, integrante de la red, comparte que la construcción de bancales orgánicos ha beneficiado a las mujeres de la aldea debido a que ya no tienen que generar gastos para salir de sus comunidades hasta Livingston. “Ya no tenemos necesidad de ir a gastar 50 quetzales solo de pasaje, sino que además podemos comer algo fresco y natural”.
Estas acciones son posibles gracias a que cada participante de la Escuela de Liderazgo de Mujeres accede al Fondo Comunitario de Resiliencia, mecanismo financiero de fondo semilla, el cual asigna recursos financieros, técnicos y de insumos a las mujeres. El fondo es administrado por la Fundación Guatemala, que acompaña técnicamente a las organizaciones, contando con el apoyo financiero de Oxfam en Guatemala.
“Tenemos nuestro banco de herramientas, que fue lo principal para nosotras. Antes para poder trabajar nuestra tierra teníamos que ir a prestar, pero hay gente que no nos apoyaba. Ahora tenemos nuestras propias herramientas, lo cual nos facilitó más a nosotras para hacer nuestros bancales. Al tener nuestra propia herramienta también podemos alquilarla, lo cual nos genera otros ingresos”, agrega Rebeca.
Andrea Bo, Coordinadora del Programa "Eduquemos a la Niña de Ak´tenamit", señala que con el Fondo Comunitario de Resiliencia han impulsado la agricultura orgánica sostenible cultivando hortalizas y plantas medicinales. “Aquí hemos tenido buen resultado, atendiendo a 175 niñas estudiantes. En el internado tenemos esas plantas para atender cualquier enfermedad; también tenemos verduras que se han trabajado con los bancales aéreos, que sirven para la alimentación de las niñas”.
“Al integrarnos en la plataforma comunitaria de resiliencia, intercambiamos conocimiento, semillas, experiencias y fondos. Nos beneficiamos todas las organizaciones que integramos la plataforma, donde nuestro fin es aumentar la resiliencia comunitaria”, concluye Andrea.