A pesar de ser uno de los países más ricos y diversos de América Central, Guatemala padece uno de los niveles de desigualdad más altos del planeta. El crecimiento económico no ayuda a reducir la pobreza, porque detrás hay un problema estructural de gran magnitud: "la creciente desigualdad económica y social". Los imaginarios racistas y sexistas, y el papel del Estado en perpetuar los privilegios para una minoría han contribuido a preservar un sistema de concentración de la riqueza y el poder. Además, la captura del Estado por parte de las élites solo alimenta esta desigualdad, y evita que haya cambios políticos, sociales y económicos que contribuyan al bienestar de toda la población.
La desigualdad va mucho más allá de ser rico o pobre. La desigualdad extrema cuesta vidas y afecta a la salud de las personas con menos recursos; impide la mejora profesional y económica a través de una educación de calidad porque los jóvenes, principalmente las mujeres, pobres e indígenas quedan excluidos; fomenta la pobreza, la emigración y la economía ilícita a causa de las malas condiciones o las pocas oportunidades laborales; y convierte el derecho a una vivienda digna y segura en un privilegio que solo unos pocos pueden pagar.
En definitiva, en Guatemala – como en la mayoría de países con grandes índices de desigualdad- el futuro de las personas depende más del lugar donde se nace que del esfuerzo y méritos propios.
Veamos las cifras:
1%
El 1% de las personas más ricas tienen los mismos ingresos que la mitad de la población del país.
3 veces
La mortalidad infantil es 3 veces mayor entre el 20% de la población más pobre.
14 cm.
Las niñas indígenas pueden medir hasta 14 centímetros menos que la media de su edad debido a la insuficiencia alimentaria crónica.
38 veces
Una persona pobre guatemalteca tiene 38 veces menos probabilidades de acceder a la universidad.
Maria Guachiac, agricultora de la comunidad de Pacutan II, limpia maíz en un punto de abastecimiento de agua. Foto: Pablo Tosco/Oxfam
5 veces
Las mujeres realizan 5 veces más tareas domésticas y de cuidado que los hombres.
3 veces
Tanto las mujeres como la población indígena tienen 3 veces menos representación en diputaciones con respecto al tamaño de su población.
10 veces
Hay 10 veces más agentes de seguridad privada que policías. Como consecuencia, las mujeres pobres viven una situación de vulnerabilidad tremenda. Guatemala es el país con más feminicidios de Latinoamérica.
Enfrentemos la desigualdad en Guatemala
Es hora de cambiar las reglas para poner fin a la desigualdad y a la pobreza de una vez por todas. Lee el informe Entre el suelo y el cielo para saber qué recomendaciones políticas proponemos desde Oxfam para este necesario y justo cambio.
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