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Woman and child smiling

El ciclón Amphan, que asoló la costa oeste de Bangladesh el 13 de mayo de 2020, fue una gran catástrofe que se vio agravada por los efectos de la crisis de la COVID-19. Nuestra organización socia Shushilan distribuyó alimentos, agua potable, y otros artículos esenciales a quienes más lo necesitaron. (Foto: Fabeha Munir/Oxfam)

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Fondo general de emergencias de Oxfam

Potentes tormentas, sequías cada vez más intensas y el aumento del nivel del mar provocados por el cambio climático tienen un impacto desproporcionado en las personas vulnerables. Miles de comunidades pueden perderlo todo en segundos, incluso sus vidas, en el caso de los terremotos o los tsunamis. En una situación de emergencia Oxfam se encuentra en el terreno proporcionando ayuda, como agua potable, servicios de saneamiento, alimentos y refugio.

El Fondo Global de Emergencias de Oxfam es un fondo especial que nos permite responder rápidamente ante desastres y situaciones de emergencia. Si haces un donativo para este fondo, tu contribución se destinará a financiar nuestra labor humanitaria en todo el mundo.


Puedes escoger el fondo general de emergencias de una de las siguientes organizaciones afiliadas de Oxfam.

Cómo cambiamos vidas en todo el mundo

Sofia* se lava con el agua potable que sale de la nueva bomba que Oxfam ha instalado en el campo de Kutupalong, Bangladesh. Foto: Tommy Trenchard/Oxfam

"Estamos obteniendo todo tipo de beneficios con la nueva bomba de agua. Ahora podemos beber agua cuando lo necesitamos, añadirle medicinas. Nos sentimos mejor porque podemos ducharnos en cualquier momento y beber agua potable con toda seguridad. Los niños no tienen que ir muy lejos a buscar agua y les es mucho más cómodo. Estoy muy contenta porque veo que están mucho mejor de salud. Estamos felices. " Sumania, madre de Sofía *.

Los equipos de Oxfam han instalado bombas de agua, inodoros y duchas y han distribuido alimentos y lámparas solares entre los residentes del campamento. Miles de personas refugiadas de Rohingya viven hacinadas en el campo de Kutupalong. Muchas de ellas residen en viviendas inadecuadas y disponen de acceso limitado a agua potable y letrinas. 

*Nombre ficticio para proteger su identidad.  

En el norte de Ghana, la sobreexplotación agrícola ha dejado el suelo seco y árido. Con cada cosecha, los nutrientes vitales se agotan, lo que dificulta cada vez más que las familias de agricultores cultiven suficientes alimentos para comer y vender. "Cuando eres pobre, te preocupa cómo pagar las tasas escolares y las necesidades básicas", dice Mmalebna, productora de maíz y madre de familia.

Afortunadamente, conocemos una solución sorprendentemente simple y sostenible: el compost.

Cuando los agricultores saben cómo hacer compost, pueden enriquecer su suelo y producir más alimentos para alimentar a sus familias. Gracias a vuestra generosidad, estamos capacitando a personas como Mmalebna con las herramientas y el conocimiento que necesitan para comenzar a convertir sus restos de comida y estiércol en abono.

Entre los agricultores ghaneses que han comenzado a compostar, los rendimientos de maíz y otros cultivos locales han mejorado hasta en un 1000%.

Mmalebna y su hija Asana * viven con su familia en Tambalug (Garu), en la región de la Alta Ghana Occidental. Mmalebna y otros miembros de su comunidad han recibido herramientas y formación para hacer composto, como parte de un programa sobre clima y agricultura. Foto: Nana Kofi Acquah / Oxfam

Grace* es una de las 30 niñas del sur de Malawi que ha recibido una bicicleta para ir a la escuela y, así, poder seguir estudiando.  Antes de recibirla tenía que hacer un recorrido de más de dos horas para ir a la escuela. Foto: Corinna Kern/Oxfam

En Malawi, el 54% de las niñas en edad escolar secundaria no están escolarizadas. La lucha diaria de Grace por llegar a la escuela casi la obligó a abandonar, pero su vida cambió cuando Oxfam le proporcionó una bicicleta.

"Antes de tener la bicicleta, llegaba tarde a casa de la escuela y estaba demasiado cansada para hacer mis deberes. Si el maestro me ponía un ejercicio, no lo hacía bien. Ahora que voy en bicicleta, a menudo soy la primera de la clase ", dice Grace.

Ahora, Grace disfruta de su viaje. Ella adelanta con su bici a los chicos que solían molestarla por el camino y pasa más tiempo en clase.

"Incluso las personas que solían desanimarme han comenzado a decir que soy realmente fuerte, valiente y centrada", dice Grace.

Creemos que la distribución de bicicletas será un incentivo para que los padres y tutores envíen a las niñas a la escuela, ya que la distancia ya no será una barrera para su acceso a la educación.

*Se le ha cambiado el nombre para proteger su identidad.  

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