La República Democrática del Congo es el país africano con más recursos hídricos. Sin embargo, millones de personas no tienen acceso a agua potable y consumen agua de fuentes insalubres, por lo que están expuestas al riesgo de contraer enfermedades mortales trasmitidas por el agua, como el cólera.
Fizi, un territorio plagado de selvas tropicales y grandes valles en la región de Kivu del Sur, es una de las zonas más inaccesibles del país. Las severas condiciones ambientales imposibilitan el paso por carretera durante días, especialmente cuando las lluvias son intensas.
Rizini recoge agua de un río contaminado en la aldea de Malinde tres veces al día con su hijo Jack, de 4 años. Rizini y Jack tienen que visitar con frecuencia el hospital por infecciones parasitarias y diarrea.
Aun así, la población de Fizi ha acogido a miles de personas desplazadas por conflictos. A medida que la población ha ido creciendo, también ha aumentado la demanda de agua, lo que ha sometido a una mayor presión a las limitadas infraestructuras hídricas en la zona. La mayoría de las fuentes y pozos ha sufrido daños durante conflictos armados. Las familias que dependen de estos recursos se han visto obligadas a consumir agua insalubre procedente de fuentes de agua estancada, por lo que corren el riesgo de contraer enfermedades como el cólera y, en última instancia, perder la vida.
Lwako ha sido hospitalizado por segunda vez por cólera. En 2004 se mudó a Sebele para trabajar y en estos 15 años no ha visto ninguna mejora en el acceso al agua potable en la aldea.
Las comunidades dependen tradicionalmente del agua procedente de pantanos para su consumo. Las pocas bombas manuales que hay disponibles ya apenas extraen agua. Las mujeres y las niñas tienen que recorrer largas distancias para recoger agua y corren el riesgo de sufrir secuestros, robos o agresiones sexuales. Esto también tiene un impacto en el absentismo escolar.
Una vez ha recogido el agua, Rizini carga en su espalda la bombona de 20 litros ayudándose de una correa que se coloca alrededor de la cabeza. Sabe que el agua no es buena para su salud pero no tiene otra alternativa.
La inseguridad en la región ha obligado a la población a limitar sus movimientos, lo que dificulta a su vez el acceso a los alimentos. Los pescadores del lago Tanganyika explican que han dejado de pescar por temor a ser arrestados o asesinados por los grupos armados que controlan la zona.
Rebeka va al pozo a recoger agua dos veces al día. Es un pozo abierto del que se extrae agua subterránea para el consumo local. Tiene que levantarse a las cuatro de la mañana para ir a recoger agua y vuelve a ir por la noche. No puede cuidar de sus hijos mientras está fuera.
Dada la dificultad de acceso al territorio Fizi y los riesgos a los que se enfrentan las mujeres y las niñas para ir a recoger agua, es fundamental encontrar una solución que sea sostenible y que puedan utilizar incluso las aldeas más remotas.
Por estas razones, Modeste Mirindi, ingeniero de Salud Pública de Oxfam, y su equipo han iniciado recientemente la construcción de un sistema de suministro de agua por gravedad de más de 100 km de longitud, que se abastece de un río de la cordillera de Mitumba.
Mlembe comenzó a trabajar en el sistema de canalización de agua de Oxfam en junio de 2018. Se siente muy orgulloso de que su equipo haya sido capaz de instalar las tuberías a través de las montañas, especialmente dadas las difíciles condiciones en las que han tenido que trabajar.
Según nos explica, este sistema de canalización es uno de los más grandes instalados por una ONG. Las tuberías tienen tal longitud porque el agua procede de la parte alta de la montaña, y resulta sumamente difícil acceder a ella. Una vez instalado, el sistema servirá para proporcionar agua potable a más de 80 000 personas de los cuatro municipios principales de la zona (Fizi, Sebele, Katanga y Malinde), incluido el hospital de la zona.
Estamos trabajando mano a mano con las autoridades locales, que han desarrollado un gran interés por el proyecto ya que ofrece la oportunidad de abastecer de agua potable al hospital y al centro de maternidad.
Construcción de un embalse en Fizi.
Con tu apoyo, Oxfam proporcionará a las comunidades de Fizi, Sebele, Katanga y Malinde agua potable con el fin de prevenir brotes de cólera y otras enfermedades transmitidas por el agua.
El proyecto reducirá la carga de trabajo de las mujeres y las niñas y les proporcionará más tiempo para ir a la escuela y asumir otras responsabilidades en la comunidad. Las personas que teman recorrer largas distancias para buscar agua por los riesgos que esto conlleva verán garantizado su derecho fundamental de acceder al agua potable.
Modeste Mirindi, ingeniero de Salud Pública de Oxfam
Aún no disponemos de la financiación necesaria para terminar de instalar el sistema de canalización. Pero con la ayuda de personas como tú, nuestro ingeniero Modeste y su equipo podrán proporcionar agua potable al mayor número posible de personas.
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Fotos: Alexis Huguet/Oxfam