A lo largo de los últimos años, la región del Sahel ha visto el despliegue de grupos armados, lo que ha provocado una crisis humanitaria y de seguridad y está devastando vidas. La situación se ha deteriorado con rapidez desde finales de 2018. La violencia, que lleva afectando a la población del norte de Malí desde 2012, ha ido avanzando gradualmente hacia el centro hasta la zona de Liptako-Gourma, en la región fronteriza entre Malí, Burkina Faso y Níger.
En Burkina Faso, la inseguridad se ha propagado hacia la zona oriental del país tras enraizarse en el norte, afectando a las regiones más desfavorecidas. Las necesidades humanitarias en Burkina Faso se han disparado desde el año pasado, con un incremento del 1200% en el número de personas obligadas a huir de sus hogares.
En 2019, el número de personas internamente desplazadas se multiplicó por diez, pasando a 560 000 personas. Y a principios de 2020, tuvieron que desplazarse 200 000 personas más. La situación continúa agravándose con rapidez con 2,2 millones de personas en necesidad de asistencia humanitaria.
No hay agua, solo miedo: comunidades en situación de riesgo
En la actualidad, hay cerca de 800 000 personas internamente desplazadas, y la mayoría (el 94%) han sido acogidas por comunidades vulnerables que ya se enfrentaban a la pobreza y a la escasez de alimentos. El acceso al agua potable se ha convertido en un reto diario tanto para las personas desplazadas como para las comunidades de acogida. Hay 1,9 millones de personas que necesitan acceso urgente al agua.
Se trata de un problema que se suma a la inseguridad alimentaria crónica y a un contexto marcado por el temor a secuestros, asesinatos, represalias de grupos armados, violencia psicológica y ataques dirigidos a escuelas y centros de salud. Los medios de vida han quedado devastados por los desplazamientos y los impactos de la crisis climática, como las inundaciones y las sequías. Además, cada día llegan más personas a comunidades que ya se enfrentaban a grandes dificultades.
Mayor riesgo de contraer enfermedades por las condiciones de higiene
En algunas localidades, el índice de acceso al agua potable se ha reducido en un 40%, y las infraestructuras existentes no dan abasto. Las mujeres y las niñas esperan durante horas para recoger una ínfima cantidad de agua que a menudo no basta para cubrir las necesidades diarias de sus familias. Miles de personas viven en condiciones de hacinamiento sin acceso a agua para beber o para la higiene, los servicios de salud están sobrecargados y las enfermedades diarreicas están en alza. Se teme que la situación empeore si no se mejoran las condiciones.
Junto con nuestras organizaciones socias, hemos proporcionado asistencia a más de 400 000 personas en la región del Sahel. Pero seguimos trabajando a contrarreloj para cubrir las necesidades de la población y prevenir enfermedades relacionadas con las malas condiciones de higiene.
La situación humanitaria continúa empeorando, cada vez resulta más difícil acceder a la zona y los recursos son sumamente escasos.
Ayuda a Oxfam a salvar vidas en situaciones de emergencia
Oxfam está preparada para responder cuando hay una emergencia. Trabajamos con nuestras organizaciones socias en el terreno para salvar vidas y reducir futuros riesgos. Con tu apoyo, ayudamos a garantizar que las personas que lo han perdido todo puedan acceder a ayuda de emergencia.