Salvar vidas y medios de vida, reforzando la capacidad local y otorgando un papel destacado a los actores locales
El sistema humanitario global está agobiado. No se invierte lo suficiente en prevención y reducción del riesgo, y la ayuda aportada muchas veces es insuficiente, poco adecuada, y llega tarde. La acción humanitaria liderada por los gobiernos de los países afectados por las crisis, con el apoyo de la sociedad civil y con rendición de cuentas ante esta, suele ser más rápida y más apropiada, por lo que salva más vidas y alivia el sufrimiento de un número mucho mayor de mujeres, hombres, niñas y niños. Sin embargo, entre 2007 y 2013 se destinó menos del 2 por ciento de la ayuda humanitaria anual a actores locales.
Este sistema debe cambiar, de forma que el liderazgo de la acción humanitaria emane del nivel local siempre que sea posible, la financiación para actores tanto estatales como no estatales en los países afectados sea adecuada, y haya una mayor colaboración entre actores locales e internacionales, enfocando en el fortalecimiento de la capacidad local.