Desde Kenia, la embajadora de Oxfam Helena Christensen se une al llamamiento de acción climática en Durban

Apenas unas horas antes de que finalicen las conversaciones climáticas de la ONU en Durban (Sudáfrica), la embajadora global de Oxfam y fotógrafa Helena Christensen insta a los ministros a alcanzar un acuerdo que vele por las personas más pobres del planeta, las cuales ya están sufriendo las consecuencias del cambio climático.  

Helena está haciendo un trabajo de proyecto para Oxfam en Turkana, al norte de Kenia, una de las muchas regiones en el Cuerno de África afectadas por las sequías extremas que han puesto en peligro a más de 13 millones de personas. Helena es testigo de primera mano del impacto de los fenómenos climáticos extremos, los que se espera aumentarán en frecuencia e intensidad debido al cambio climático, y lo que estos representan para la seguridad alimentaria dentro de las comunidades de pastores, en un momento en que los precios de los alimentos y los combustibles están por las nubes.

“Después de haber pasado los últimos días hablando con los pastores que han sido afectados terriblemente por las sequías persistentes, está claro que la reunión de los ministros en Durban debe responder a los llamamientos de acción urgente para enfrentar el cambio climático. Es una vergüenza que algunos de los mayores emisores de gases y algunas de las naciones más poderosas, como los Estados Unidos, estén bloqueando un progreso real que podría evitar que millones de personas más en África y en todo el mundo tuvieran que padecer hambre,” dice Helena Christensen.

“Hablé con una mujer de 64 años de edad, Kiyonga, quien solía vivir de lo que producían sus vacas y cabras para alimentar a su familia, pero ahora la sequía mató a todos sus animales y ella se ha visto forzada a abandonar su pueblo y su modo de vida. Ella ahora sobrevive gracias a los cultivos en crecimiento, pero está a merced de los cambios devastadores en los patrones climáticos.”

La mayor preocupación de Kiyonga es no poder enviar a sus hijos y nietos a la escuela para que puedan tener un mejor futuro, pues ella usa el poco dinero que gana para comprar los alimentos más básicos. Esta es un madre más que me dice que el precio del maíz se ha duplicado desde el año pasado.”

“Michael, un hombre ciego de 53 años de edad, se refirió a la lucha que enfrenta su comunidad en Lokore, donde la gente está enfrentando dos problemas graves: el alza de los precios de los alimentos y el cambio climático.”

“Es gente como Kiyonga y Michael las que necesitan ver el dinero que los países ricos se comprometieron a dar hace dos años en la cumbre de Copenhague para ayudar a los más pobres del mundo. Los ministros en Durban deben encontrar una forma para hacer que esto se lleve a cabo.”

Tim Gore, líder de cambio climático de Oxfam dice: “los países ricos deben entregar ahora el dinero que prometieron para ayudar a los países más pobres en su adaptación al cambio climático y en su desarrollo de una manera baja en carbono. Por el bien de las personas más pobres del mundo, cuyas vidas ya están siendo afectadas por los impactos del cambio climático, se deben acordar nuevas fuentes de financiación a largo plazo que fortalezcan el Fondo Verde para el Clima tan pronto como sea posible. Un impuesto al carbono del transporte marítimo es una de las fuentes que podría garantizar que el fondo no se quede como una cascara vacía.”

Más información

Cumbre de la ONU sobre cambio climático 2011, Durban