Se necesita acción urgente sobre biocombustibles y reservas alimentarias
El G20 debe retirar sus políticas de biocombustibles más perjudiciales y exigir más transparencia en las provisiones de alimentos como parte de las medidas urgentes necesarias para hacer frente a la volatilidad de los precios de los alimentos en el mundo.
Oxfam pide además a los ministros de agricultura del G20, que se reunirán mañana miércoles 22 de junio en París, que reconsideren el caso de las reservas de alimentos de manera que los países puedan gestionar mejor los picos de precios, que en la última crisis de precios de los alimentos se saldó con 150 millones de personas más hambrientas. Mucha gente pobre sigue siendo perjudicada hoy por el alza de precios de los alimentos. Oxfam acaba de lanzar la campaña CRECE para acabar con el hambre hoy y mañana.
La semana pasada se filtró un borrador del comunicado del G20, “decepcionante” para Oxfam ya que no va suficientemente lejos para abordar los problemas. “Esperamos que los ministros serán más atrevidos en la reunión”, ha afirmado la responsable internacional de la campaña CRECE, Katia Maia.
Oxfam afirma que un reciente informe de expertos sobre la volatilidad de los precios ha puesto en evidencia que los biocombustibles son parte del problema. El G20 debe eliminar lo antes posible los subsidios y mandatos sobre biocombustibles que están incrementando la volatilidad de los precios y están fracasando en la lucha contra el cambio climático. El G20 debe asegurar planes inmediatos de contingencia para ajustar sus objetivos de biocombustibles cuando las provisiones de alimentos escaseen.
Oxfam también sostiene que el G20 debe exigir a los grandes comercializadores e inversores que compartan con los gobiernos la información adecuada y a tiempo sobre las reservas de alimentos para mejorar la transparencia de los mercados.
En su nuevo informe "Prepararse para las vacas flacas : Por qué el G20 debe mantener en su agenda las reservas de alimentos", Oxfam afirma que los policy-makers deberían volver a examinar las pruebas de países como Madagascar e Indonesia, que demuestran que cuando hay reservas de alimentos bien diseñadas más otras medidas, la suma de todo podría ayudar a los países en desarrollo a hacer frente a la volatilidad en los precios de los alimentos.
La petición de Oxfam viene junto con una alerta: las reservas de grano en el mundo están descendiendo de manera alarmante. Cuando las reservas de cereal en el mundo caen por debajo del 15-20% del consumo mundial, los precios suben y el mercado entra en crisis. Según Oxfam a finales de este año el porcentaje puede ser de sólo el 17%.
El informe afirma que una reserva mundial de grano de tan sólo 105 millones de toneladas habría sido suficiente para evitar la crisis de precios de los alimentos en la crisis del 2007 y 2008. El coste para mantener esta provisión habría ascendido a 1.500 millones de dólares “o sólo 10 dólares por cada persona de las 150 millones más que pasaron a engrosar la lista de hambrientos como consecuencia directa de la última crisis de precios de alimentos.” El informe también demuestra que India pudo estabilizar los precios de sus alimentos en 2008 porque el gobierno compró y saco a la venta una cantidad enorme de arroz y trigo.
Uno de los coautores del informe de Oxfam, Thierry Kesteloot, ha afirmado: “Las instituciones internacionales han advertido a los líderes del G20 de que hay un alto riesgo de nuevo de volatilidad del precio de los alimentos. Sin embargo, esas mismas instituciones han rechazado de plano las reservas de alimentos como una de las formas para estabilizar los precios. Las reservas de alimentos fueron desmanteladas en gran parte en la década de los 90 y desde entonces se habían ignorado por considerarlas muy costosas e inefectivas.”
Oxfam reconoce que tal vez en el pasado en algunos casos se hayan gestionado mal las reservas de alimentos, pero eso no significa que la política en sí esté mal. Por el contrario, significa que se deben implementar y administrar mejor las reservas. Kesteloot enfatiza que “la visión dominante, según la cual las reservas de alimentos no sirven, es ingenua y corta de vista. Hay formas nuevas y efectivas para que los países puedan mantener suficientes reservas de alimentos como parte de un paquete de políticas que podrían ser útiles para limitar el alza de los precios. Ya hemos visto el gran coste humano que supone que los países no tengan suficientes reservas de alimentos.”
“El descontento de la gente es palpable”
Las entrevistas realizadas por Oxfam y el IDS revelan las visiones políticas de la crisis alimentaria
Oxfam y el británico Institute of Development Studies (IDS) han hecho público hoy un nuevo informe, “Vivir al filo de los precios”, basado en entrevistas que se vienen realizando desde hace tres años (2009-2011) con personas de Indonesia, Kenia, Zambia y Bangladesh, donde se les pregunta cómo hacen frente al alza de precios.
Duncan Green, coautor del informe por parte de Oxfam, ha afirmado: “El aumento sostenido del precio de los alimentos en el mundo desde 2009 hasta 2011 está creando un patrón donde encontramos muchos “perdedores débiles” y un puñado de “ganadores fuertes” en estos cuatro países. Aquellos que están luchando por subsistir con trabajos informales mal pagados como vendedores ambulantes, trabajadores eventuales y conductores de transporte público, afirman ir a peor año tras año y tienden a culpar a su gobierno. Pero a algunos grupos les ha ido mejor (en general aquellos que ya están relativamente mejor, como los funcionarios públicos) porque sus salarios han crecido al mismo ritmo que la inflación.”
El coautor del informe por parte de IDS, Naomi Hossain, ha afirmado: “Las entrevistas revelan que la subida de precios de los alimentos afecta la calidad de vida de las personas en todos los sentidos, no sólo en su consumo de calorías. Las ansiedades de la vida diaria se han vuelto más duras y desgastantes. Se ha resentido la salud mental y la física, al igual que las relaciones de pareja y de padres a hijos; el estrés causado por un excesivo endeudamiento; la vida social y la cohesión social. La gente se ha visto más afectada de manera más matizada que cuando subieron los precios en el 2008-2009. Lo común es que la gente se pase a los alimentos más baratos, menos preferidos y a menudo de peor calidad.”
Hossain ha afirmado: “Y siempre las mujeres dicen sentir el estrés de ver a sus hijos hambrientos de forma más dura, puesto que están bajo mayor presión para conseguir buenos alimentos con cada vez menos. Este estrés lleva a las mujeres a trabajos informales mal pagados. En el peor de los casos, esto conlleva a la separación de las parejas o a buscar una pareja de mejor posición económica que pueda enfrentarse mejor a la crisis.”
Green ha rematado: “La conclusión más importante es que la gente pobre no simplemente lidia con el problema trabajando más duro, comiendo menos, viviendo más frugalmente y vendiendo sus pertenencias. También responden de manera política. Protestan contra las explicaciones oficiales sobre las razones del hambre y son muy críticos con sus gobiernos por no actuar de manera efectiva.”
“El año 2011 no ha visto la ola de disturbios por el precio de los alimentos del 2008. Sin embargo, este informe indica claramente que el incremento actual de precios de los alimentos ha erosionado la legitimidad política en los cuatro países. No sabemos qué significa esto para la estabilidad en el futuro, pero el descontento es palpable y está directamente relacionado con lo que se consideran precios intolerables de alimentos y combustibles,” ha concluido Green.
NOTA:
IDS es una ONG líder a nivel mundial para la investigación, la docencia y la información sobre el desarrollo internacional.
Para más información, visite: www.ids.ac.uk.
Para contacto sobre la entrevista:
c.smithyes@ids.ac.uk tel: 01273 915638 o fuera de las horas de oficina en 07713 110579
Más información
El informe de Oxfam Prepararse para las vacas flacas : Por qué el G20 debe mantener en su agenda las reservas de alimentos
Información de contacto
Matt Grainger, matt.grainger@oxfaminternational.org, +44(0)7730680837
Matt Grainger, matt.grainger@oxfaminternational.org, +44(0)7730680837