Adaptarse al cambio climático sin olvidar a los más pobres
Los impactos climáticos afectan la vida de millones de personas pobres con creciente frecuencia y severidad. Sin una acción urgente, el progreso recientemente alcanzado en el desarrollo se frenará y luego dará marcha atrás.
La Reunión de Alto Nivel sobre el Cambio Climático de las Naciones Unidas, en Nueva York, y la reunión del G20, en Pittsburgh, en setiembre del 2009, brindan la oportunidad histórica para que los líderes nacionales se comprometan políticamente, de manera inequívoca, a financiar la adaptación de manera suficiente, equitativa y adicional. Esto ayudará a reanimar las negociaciones internacionales sobre el clima y a establecer las bases para un acuerdo justo y seguro en Copenhague en diciembre del 2009.
El informe
Se ha proyectado que la crisis económica mundial, agravada por los impactos devastadores de la crisis alimentaria y la de combustibles del 2008, hará que 90 millones de personas más caigan en la extrema pobreza este año, más de lo que hubiera sido en otras circunstancias.
Entretanto, el cambio climático ya está incrementando la exposición de las personas pobres a impactos en sus medios de vida, surgidos de sequías, inundaciones, enfermedades, tormentas, y cambios lentos, como la alteración de las estaciones, la desertificación y la elevación del nivel del mar. Los impactos acumulativos pueden arrojar a las personas hacia una espiral descendente de mayor pobreza y vulnerabilidad, con profundas repercusiones para la consecución de los ODM.
Recomendaciones
Los países ricos deben ir más allá de la ayuda al desarrollo, y asumir un compromiso político claro con un mecanismo internacional de adaptación nuevo y eficaz a ser acordado en Copenhague. Este debe incluir compromisos específicos sobre:
- suficientes fondos nuevos y adicionales, de al menos 50.000 millones de dólares anuales, inicialmente (aunque posteriormente es muy posible que se requiera una cifra dos o tres veces mayor);
- la previsibilidad de las fuentes de financiación, a ser recaudadas mediante la venta de los derechos internacionales de emisión o compromisos vinculantes basados en la responsabilidad y la capacidad;
- la rendición de cuentas a la CMNUCC, y la gestión basada en los principios de equidad, subsidiariedad, transparencia y rendición de cuentas.