El cambio climático ya provoca hambre, principalmente a causa del consumo de combustibles fósiles, que constituye la principal fuente de emisiones de gases de efecto invernadero a nivel mundial.
De continuar la evolución actual, a finales de este siglo la temperatura mundial habrá aumentado entre 4ºC y 6ºC; el incremento superará los 2ºC en el transcurso de la vida de la mayoría de las personas que están leyendo el presente informe. Esto provocará desastres humanitarios sin precedentes y agravará la pobreza y el hambre.
Si bien se han dado algunos pasos en la dirección adecuada para hacer frente al cambio climático, la transición necesaria se está viendo bloqueada por un “triángulo tóxico” compuesto por la inercia política, una visión financiera a corto plazo y los intereses creados en torno a los combustibles fósiles. Para contribuir a acabar con esta tendencia, los Gobiernos deben comprometerse a eliminar las emisiones generadas por los combustibles fósiles para principios de la segunda mitad del presente siglo. Los países ricos deben liderar este proceso.