El presente informe pone de manifiesto que, transcurridos treinta años desde la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing, los Estados han incumplido de forma reiterada los compromisos y objetivos consagrados en dicho acuerdo. Este fracaso no se debe tan solo a la falta de voluntad política, sino también a la desigualdad estructural de nuestro sistema económico. En todo el mundo, distintos actores de derechas, religiosos y conservadores están aprovechando las continuas crisis para intentar reorientar el poder estatal a favor de la consolidación de los sistemas racistas, sexistas y basados en el lucro, que benefician a los más ricos y favorecen a los hombres, mientras que perjudican y ponen en desventaja a las mujeres y a las personas del colectivo LGTBQIA+, todo ello en nombre de los valores familiares "tradicionales". Esto menoscaba la capacidad de los Gobiernos para proteger, respetar, promover y garantizar el cumplimiento efectivo tanto de la autonomía corporal como de la salud, los derechos y la justicia sexual y reproductiva. Mientras las y los líderes mundiales se preparan para revisar sus compromisos con la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing, la consolidación y normalización de estos movimientos antiderechos amenazan no solo con socavar los logros cosechados por el activismo y los movimientos feministas y LGTBQIA+, que tanto ha costado conseguir sino, en último término, con quebrar el contrato social entre el Estado y la ciudadanía.
Fecha de publicación: 6 Marzo 2025