Por qué no se han evitado los niveles extremos de hambre a pesar de las alarmas
En julio avisamos de que, para finales de este año, hasta 12.000 personas al día podrían morir de hambre derivada de la pandemia del coronavirus, una cifra que potencialmente es superior a las personas que pueden fallecer a causa de esta enfermedad.
La amenaza de que la pandemia de COVID-19 produzca hambrunas e inseguridad alimentaria generalizada está haciendo saltar todas las alarmas de la comunidad internacional, pero hasta ahora la lentitud de la financiación ha obstaculizado los esfuerzos de las organizaciones humanitarias por prestar asistencia urgente a las personas que más lo necesitan. Más de 55 millones de personas en siete países se enfrentan a niveles severos y extremos de inseguridad alimentaria. La situación es ya prácticamente de hambruna en algunas zonas.
Oxfam está haciendo sonar la alarma de que la hambruna es inminente y todavía no se está haciendo lo suficiente para detener esta crisis de hambre; también pedimos acciones urgentes para construir un sistema alimentario más justo y sostenible. Años de negligencia significan que millones de personas siguen siendo innecesariamente vulnerables ante crisis como Covid-19, el cambio climático y los conflictos.