Evaluación del progreso sobre el compromiso de alcanzar los 100 000 millones de dólares
La financiación climática internacional constituye un pilar central de la cooperación internacional para luchar contra el cambio climático. Parte del reconocimiento de la naturaleza letal y costosa del cambio climático y del hecho de que quienes más sufren sus impactos son las personas que menos han contribuido a esta crisis. En un contexto en el que los países en desarrollo se enfrentan a los efectos de la pandemia de coronavirus, la amenaza constante de que se produzcan fenómenos meteorológicos extremos originados por el cambio climático podría provocar que estos países encadenen una crisis tras otra y exacerbar aún más aún la pobreza. El cambio climático podría revertir décadas de progreso en materia de desarrollo e incrementar drásticamente las desigualdades a nivel mundial. La necesidad apremiante de financiación climática para ayudar a los países a afrontar y adaptarse a los efectos del cambio climático es cada vez mayor.
Hace más de una década, los países desarrollados se comprometieron a movilizar 100 000 millones de dólares anuales de cara a 2020 con el fin de ayudar a los países en desarrollo a adaptarse a los impactos del cambio climático y a reducir sus emisiones. Este objetivo es un elemento fundamental del gran pacto en el que se basa el Acuerdo de París.
A medida que 2020 llega a su fin, el análisis de Oxfam Informe paralelo de 2020 sobre financiación climática ofrece una evaluación del progreso realizado sobre el compromiso de alcanzar los 100 000 millones de dólares. El presente informe, el tercero de este tipo, analiza las últimas cifras de los donantes para el período de 2017-18, haciendo especial énfasis en la financiación pública. Aborda cuestiones fundamentales: cómo contabilizan los países desarrollados la financiación climática que declaran, a qué actividades y dónde se destina, en qué punto nos encontramos de cara a lograr el objetivo de alcanzar los 100 000 millones de dólares y qué debemos tener en cuenta de cara a la financiación climática más allá de 2020.