El sesenta por ciento de las víctimas de agresiones sexuales han sido violadas por grupos, más de la mitad de ellas en sus propios hogares
Un estudio acerca de las agresiones sexuales en la República Democrática del Congo (RDC) encargado por la Organización No Gubernamental (ONG) internacional Oxfam y realizado por la Harvard Humanitarian Initiative (Iniciativa Humanitaria de Harvard) muestra que el 60 por ciento de las víctimas de violaciones que se entrevistaron fueron violadas por grupos de hombres armados. Más de la mitad de las agresiones ocurrió durante la noche, dentro de la vivienda familiar y en presencia del marido y los hijos de la víctima.
Aunque la mayoría de los violadores fueron soldados o milicianos, el informe también muestra que el número de violaciones sexuales perpetradas por civiles ha registrado un aumento estremecedor al multiplicarse por 17 entre 2004 y 2008.
El informe, titulado ‘Ahora, el mundo está sin mí’, se basa en un estudio realizado por la Harvard Humanitarian Initiative, que analizó información suministrada por 4.311 mujeres víctimas de agresiones sexuales que fueron atendidas en el hospital Panzi, en la provincia de Kivu del Sur durante un periodo de cuatro años.
El informe determinó que la incidencia de violaciones aumentó dramáticamente durante las acciones militares contra los grupos de milicias en el Este del Congo. En este sentido, más de 5.000 personas fueron agredidas sexualmente en Kivu del Sur sólo en 2009, de acuerdo con Naciones Unidas. El informe sale a la luz antes de que el Consejo de Seguridad de la ONU visite la República Democrática del Congo este fin de semana,con el objeto de decidir la renovación en mayo el mandato de las fuerzas de paz de Naciones Unidas en RDC, la misión MONUC.
Llamada urgente a la acción
Krista Riddley, directora de Incidencia Política en Respuesta Humanitaria de Oxfam expresó que:
"La agresión sexual en esta escala y este nivel de brutalidad es terrible. Este es un llamado a la acción en un momento en que en la ONU se discuten planes para que las fuerzas de paz abandonen el país. No se vive en una situación segura si una mujer no puede dormir tranquila en su propia cama en la noche. El informe muestra cuándo y dónde fueron atacadas las mujeres y por qué las fuerzas de paz deben seguir teniendo un rol crucial en la creación de un entorno de seguridad mientras el Gobierno congolés fortalece sus capacidades para proteger a los civiles del peligro".
El estudio muestra que el 56 por ciento de las agresiones fueron perpetradas por hombres armados en la casa familiar, en tanto que el 16 por ciento ocurrió en los campos y cerca del 15 por ciento en la selva. El 57 por ciento de las agresiones tuvo lugar en la noche. También se reportaron casos de esclavitud sexual, que afecta al 12 por ciento de las mujeres de la muestra, algunas de las cuales fueron mantenidas como rehenes durante años.
El informe también permite apreciar el estigma que enfrentan las mujeres en su propias familias después de ser violadas, y los problemas que enfrentan para obtener atención médica. Menos del uno por ciento de las mujeres llegó al hospital Panzi con sus maridos, y el nueve por ciento había sido abandonada por su cónyuge. Una de cada tres llegó sola al hospital.
Difícil acceso a la ayuda profesional
El estigma provoca demoras en la búsqueda de tratamiento, por lo que sólo 12 por ciento de las mujeres llega a Panzi en el curso del primer mes a partir de haber ocurrido la agresión. Muy pocas mujeres llegaron a tiempo para evitar una infección de VIH. Más del 50 por ciento de las mujeres esperó más de un año antes de buscar tratamiento, mientras que un número considerable esperó más de tres años.
Krista Riddley, de Oxfam, explicó que:
"Panzi es el único hospital de su tipo en Kivu del Sur, donde viven unos 5 millones de personas. Muchas mujeres de la zona rural no pueden hacer el viaje y mueren con frecuencia a causa de complicaciones relacionadas con las agresiones brutales. Los países donantes ricos junto con el Gobierno congolés deben aumentar radicalmente los servicios médicos disponibles para los sobrevivientes de la violencia sexual en los remotos pueblos y aldeas del Congo. Toda mujer debe tener acceso al tratamiento que necesita".
La investigación reflejó que menos del uno por ciento de las violaciones fueron perpetradas por civiles en 2004. En 2008, esa propoción había aumentado al 38 por ciento.
Susan Bartels, de la Harvard Humanitarian Initiative, y principal investigadora del estudio, señaló que “este estudio confirma algo que hasta ahora solo se ha reportado de manera anecdótica: la violencia sexual se convertido en algo más normal en la vida civil. La escala de agresiones sexuales durante los años de guerra en el Congo ha hecho que este crimen parezca algo más aceptable. Aunque el Congo tiene una de las leyes más progresistas contra las violaciones en toda el África, pocos violadores son procesados. Hay que hacer cumplir la ley y poner la justicia al alcance de los sobrevivientes".
El informe pide al Gobierno congolés y a la comunidad internacional que:
- Aumenten la atención médica para las víctimas de la violencia sexual, particularmente en las zonas rurales. Mientras más fácil sea obtener apoyo en el ámbito local, mayores serán las posibilidades de que las mujeres obtengan ayuda oportuna para combatir el VIH, y mayor la capacidad para manejar el riesgo de que los demás se enteren. El estigma sigue siendo una barrera importante para acceder a la atención médica después de haber sufrido la violencia sexual.
- Garanticen que la protección que ofrecen las fuerzas de paz de Naciones Unidas y los servicios de seguridad congoleses se diseñe a la medida de las realidades locales. Las fuerzas de paz y los servicios de seguridad deben consultar con las comunidades para ofrecer soluciones innovadoras, como sistemas de alerta temprana y patrullas nocturnas, además de que tomen en cuenta sus necesidades. Esto ya está sucediendo en algunas zonas, pero debe extenderse del modo más sistemático posible para responder a las amenazas puestas en relieve por este informe.
- Reformen el sector de seguridad y el sistema de justicia en el Congo para garantizar un nivel de tolerancia cero contra las violaciones sexuales, sean cometidas por civiles, milicianos o soldados.
Más información
El informe: Now the World is without me (Ahora, el mundo está sin mí)
Video de Oxfam América: Sexual Violence in DR Congo (Violencia sexual en la RD del Congo)
Galería fotográfica de Rankin: Desde el Congo con Amor
Notas para editores
La investigación fue realizada por la Harvard Humanitarian Initiative y patrocinada por Oxfam América.
- Algo más de la mitad de los agresores (el 52 por ciento) fueron identificados como combatientes armados. Otro 42 por ciento fueron solo identificados como "asaltantes", pero los investigadores indican que el análisis de la información sugiere que este grupo también lo componen en su mayor parte hombres armados.
- Este es un estudio retrospectivo realizado en el hospital Panzi a través del que se realizaron entrevistas a víctimas de violencia sexual que fueron atendidas en el centro médico entre 2004 y 2008. Las entrevistas las hicieron en privado funcionarias debidamente entrenadas con un cuestionario semiestructurado de dos páginas que aplicaban mientras las víctimas llegaban al hospital a recibir tratamiento. Los investigadores de la Harvard Humanitarian Initiative introdujeron los datos en una hoja de cálculos electrónica y sobre la base de esa información realizarón análisis cuantitativo y cualitativo. Se entrevistó a 4.311 de las 9.709 sobrevivientes de violencia sexual que se presentaron al hospital Panzi entre 2004 y 2008.
- El informe reveló que el total de agresiones reportadas en el hospital Panzi había disminuido de modo sostenido entre 2004 y 2008, con un descenso del 77 por ciento en el número de violaciones cometidas por militares en ese periodo. No obstante, las cifras se ven afectadas por una serie de incidentes particularmente graves en 2004, como el de un fin de semana en junio, en que se reportó que aproximadamente 16.000 mujeres fueron violadas por fuerzas militares en Bukavu
- En 2009, los casos de violaciones perpetradas por militares han mostrado un marcado aumento como resultado de la ofensiva militar Kimia II, con más de 9.000 personas (en su mayoría mujeres y niñas, pero también hombres y niños) agredidos sexualmente en las provincias afectadas en el curso del año. Todavía no hay información disponible sobre los niveles de violaciones relacionados con nuevas ofensivas militares en 2010.
Testimonios del informe (Oxfam dispone de más testimonios):
- “Sucedió una noche de 2007 en que mi familia y yo dormíamos en casa. Tocaron a la puerta. Los asaltantes le ordenaron a mi esposo que abriera. Un grupo de seis hombres en uniforme militar, cuatro de ellos armados con pistolas y dos desarmados, entraron en la casa. Empezaron a saquear todo lo de valor. Nos sacaron de la casa y nos obligaron a seguirlos a la selva. En cuanto llegamos a la selva liberaron a mi esposo pero me obligaron a seguir internándome con ellos en la selva. Un comandante me había escogido como su esposa, y me tuvo en la selva por siete meses, mientras me violaba cada vez que quería. Como no me creía capaz de escapar, me dejaba caminar sola por la selva, y fue así como escapé".
- “Mi familia y yo dormíamos cuando llegaron los soldados. Le ataron las manos a la espalda a mi marido y luego me violaron uno tras otro. Después nos llevaron a mi marido y a mí a la selva. Cuando mi marido se resistió, le pegaron un tiro y lo mataron. Pasé tres semanas en la selva, hasta que una noche me pude escapar. Cuando llegué a casa, me dí cuenta de que mi pequeño estaba muerto".
- “Mi marido y yo dormíamos en casa. Los niños dormían en la casa de al lado. Llegaron los soldados y trajeron a mi hija a nuestra casa, donde la violaron frente a mi marido y a mí. Después querían obligar a mi marido a violar a mi hija, pero el se negó a hacerlo y lo mataron. Entonces fueron a la casa de al lado, donde encontraron a mis tres hijos. Me los mataron a los tres. Después de matarlos, tres soldados me violaron, uno por uno.
- “Cuando llegamos a casa, ya estaban allí. Lo saquearon todo. Pusieron a mi marido en la cama y lo golpearon. Después me violaron dos de los soldados. Esta historia es tan trágica. No puedo creer que me haya pasado a mí. Prefiero morir a seguir viva. Ahora, el mundo está sin mí a causa de mi situación".
La investigación fue realizada por la Harvard Humanitarian Initiative y patrocinada por Oxfam América.
- Algo más de la mitad de los agresores (el 52 por ciento) fueron identificados como combatientes armados. Otro 42 por ciento fueron solo identificados como "asaltantes", pero los investigadores indican que el análisis de la información sugiere que este grupo también lo componen en su mayor parte hombres armados.
- Este es un estudio retrospectivo realizado en el hospital Panzi a través del que se realizaron entrevistas a víctimas de violencia sexual que fueron atendidas en el centro médico entre 2004 y 2008. Las entrevistas las hicieron en privado funcionarias debidamente entrenadas con un cuestionario semiestructurado de dos páginas que aplicaban mientras las víctimas llegaban al hospital a recibir tratamiento. Los investigadores de la Harvard Humanitarian Initiative introdujeron los datos en una hoja de cálculos electrónica y sobre la base de esa información realizarón análisis cuantitativo y cualitativo. Se entrevistó a 4.311 de las 9.709 sobrevivientes de violencia sexual que se presentaron al hospital Panzi entre 2004 y 2008.
- El informe reveló que el total de agresiones reportadas en el hospital Panzi había disminuido de modo sostenido entre 2004 y 2008, con un descenso del 77 por ciento en el número de violaciones cometidas por militares en ese periodo. No obstante, las cifras se ven afectadas por una serie de incidentes particularmente graves en 2004, como el de un fin de semana en junio, en que se reportó que aproximadamente 16.000 mujeres fueron violadas por fuerzas militares en Bukavu
- En 2009, los casos de violaciones perpetradas por militares han mostrado un marcado aumento como resultado de la ofensiva militar Kimia II, con más de 9.000 personas (en su mayoría mujeres y niñas, pero también hombres y niños) agredidos sexualmente en las provincias afectadas en el curso del año. Todavía no hay información disponible sobre los niveles de violaciones relacionados con nuevas ofensivas militares en 2010.
Testimonios del informe (Oxfam dispone de más testimonios):
- “Sucedió una noche de 2007 en que mi familia y yo dormíamos en casa. Tocaron a la puerta. Los asaltantes le ordenaron a mi esposo que abriera. Un grupo de seis hombres en uniforme militar, cuatro de ellos armados con pistolas y dos desarmados, entraron en la casa. Empezaron a saquear todo lo de valor. Nos sacaron de la casa y nos obligaron a seguirlos a la selva. En cuanto llegamos a la selva liberaron a mi esposo pero me obligaron a seguir internándome con ellos en la selva. Un comandante me había escogido como su esposa, y me tuvo en la selva por siete meses, mientras me violaba cada vez que quería. Como no me creía capaz de escapar, me dejaba caminar sola por la selva, y fue así como escapé".
- “Mi familia y yo dormíamos cuando llegaron los soldados. Le ataron las manos a la espalda a mi marido y luego me violaron uno tras otro. Después nos llevaron a mi marido y a mí a la selva. Cuando mi marido se resistió, le pegaron un tiro y lo mataron. Pasé tres semanas en la selva, hasta que una noche me pude escapar. Cuando llegué a casa, me dí cuenta de que mi pequeño estaba muerto".
- “Mi marido y yo dormíamos en casa. Los niños dormían en la casa de al lado. Llegaron los soldados y trajeron a mi hija a nuestra casa, donde la violaron frente a mi marido y a mí. Después querían obligar a mi marido a violar a mi hija, pero el se negó a hacerlo y lo mataron. Entonces fueron a la casa de al lado, donde encontraron a mis tres hijos. Me los mataron a los tres. Después de matarlos, tres soldados me violaron, uno por uno.
- “Cuando llegamos a casa, ya estaban allí. Lo saquearon todo. Pusieron a mi marido en la cama y lo golpearon. Después me violaron dos de los soldados. Esta historia es tan trágica. No puedo creer que me haya pasado a mí. Prefiero morir a seguir viva. Ahora, el mundo está sin mí a causa de mi situación".