Oxfam Internacional exige al G20 que pase de las declaraciones a la acción y ponga en marcha medidas innovadoras que sirvan para paliar los efectos de la crisis en los países más pobres
A cien días del comienzo de la Presidencia española de la UE, Zapatero tiene el reto de que Europa comience a actuar y hable con una sola voz sobre crisis y desarrollo
El G20 debe tomar medidas urgentes para proteger a los países más pobres de los efectos de la crisis económica que está empujando a 100 personas a la pobreza cada minuto, según advierte Oxfam Internacional el día que comienza la reunión del G20 que se celebrará en Pittsburg (EEUU).
Los países en desarrollo están luchando para hacer frente a la recesión global en desigualdad de condiciones con los países ricos. La crisis económica llegó en el momento en que los países más pobres luchaban por hacer frente a la escasez y los altos precios de los alimentos ligados a los efectos del cambio climático, las sequías y las inundaciones. Además de destruir empleo y asfixiar las fuentes de ingresos, la crisis ha contribuido a incrementar el número total de personas que pasan hambre en el mundo por encima de los mil millones. Es decir, uno de cada seis habitantes del planeta.
África Subsahariana tendrá 70.000 millones de dólares menos este año como resultado del desplome económico global y, al contrario de lo que ocurre en los países más ricos, no dispone de fondos para combatir la crisis. Sin apoyo externo los gobiernos encontrarán cada vez más difícil responder a las crisis climática, económica y de alimentos y evitar recortes en servicios sociales básicos como la educación, la sanidad y otros programas contra la pobreza.
“Los brotes verdes de la recuperación económica no han llegado a los países más pobres que están hoy sufriendo de forma muy virulenta la depresión global”, afirma Ariane Arpa, directora general de Intermón Oxfam. “En el tiempo que empleen los líderes del G20 en cenar esta noche cientos de personas habrán entrado a engrosar la ya larga lista de la pobreza y se verán forzados a sobrevivir con menos de 85 céntimos de euro al día”.
Oxfam ha enviado recientemente una carta al presidente del Gobierno español en la que le pide que actúe “para garantizar que los logros de los diez últimos años en la lucha contra la pobreza no desaparecen en unos meses”. Hasta el momento, la Unión Europea ha adoptado un papel de bajo perfil ante la gravedad de la crisis en los países más pobres. “Esperamos que Rodríguez Zapatero tenga un papel destacado entre los miembros de la UE, máxime cuando la cumbre del G20 tiene lugar a 100 días del comienzo de la presidencia española de la Unión Europea”, afirma Arpa.
“Las medidas puestas en marcha para ayudar a los países más pobres a contrarrestar los efectos de la crisis global no solo son escasas, sino que se están aplicando a un ritmo extremadamente lento. El G20 no ha desembolsado siquiera la mitad de los 50.000 millones de dólares del paquete de rescate prometido a los países más pobres en la reunión de abril en Londres” afirma Verónica Hernández, responsable de financiación al desarrollo de Intermón Oxfam (en España). “Estamos viendo a diario cómo las millonarias ayudas a los bancos de los países ricos se aprueban de un día para otro”.
Oxfam Internacional pide que se ponga en marcha un paquete de medidas que libere 290.000 millones de dólares para aligerar la carga que soportan los países en desarrollo, sin que esto afecte a los contribuyentes de a pie. El paquete de medidas incluye una “Tasa Tobin” que grave las transacciones financieras, una moratoria de la deuda y un férreo control de los paraísos fiscales. Estas medidas tendrían también efectos positivos para los países ricos.
“El G20 tiene la oportunidad de dejar atrás la ineficacia y los malos hábitos del pasado y encontrar nuevas soluciones para atajar los problemas de los más pobres. Una tasa impositiva sobre los bancos que ayudaron a generar la depresión global, podría generar 50.000 millones de dólares que aliviarían los efectos de la crisis a aquellos que no contribuyeron a generarla pero que sufren sus efectos con mayor virulencia. Es hora de que los banqueros paguen un bonus a los más pobres del mundo”, concluye Hernández.
Oxfam Internacional también exige a los líderes del G20 que cumplan la promesa hecha por el presidente Obama en julio para ayudar a los países más pobres a enfrentar el cambio climático. Este fondo es vital para desbloquear las negociaciones sobre cambio climático en la decisiva cumbre de Copenhague en Diciembre. Oxfam calcula que se necesitan 50.000 millones de dólares anuales para asegurar que los países en desarrollo puedan hacer frente a los efectos del cambio climático y otros 100.000 millones de dólares para que puedan poner mecanismos que controlen sus emisiones.”
Notas para editores
Personas que engrosando las listas de pobreza:
- El Banco Mundial estima que 50 millones más de personas serán empujadas a la pobreza durante 2009, lo que equivale a casi 100 personas cada minuto.
- Naciones Unidas estima que la cifra puede incluso llegar a los 100 millones durante este año.
Cómo propone Oxfam Internacional conseguir el paquete de 290.000 millones de dólares
Poner en marcha un impuesto a las transacciones financieras internacionales de al menos el 0,005%. Se estima que dicha tasa puede generar un mínimo de 30.000 millones de dólares al año si se aplica a las cuatro principales monedas de reserva mundial (Dólar, Yen, Euro y Libra). Si se incluyera a más monedas, esta cifra podría incrementarse hasta los 50.000 millones de dólares. Una tasa ligeramente superior podría, además, generar más recursos para los gastos de los gobiernos en los países más ricos que actualmente se enfrentan a recortes en los servicios sociales.
Transferir la mitad de los nuevos Derechos Especiales de Giro de los países ricos. Los países del G8 y otros países donantes deberían transferir a los países pobres, al menos, la mitad reciente emisión de capital del FMI realizada mediante una nueva asignación de los Derechos Especiales de Giro (DEG) del FMI. Los DEG son una forma de moneda que la institución financiera internacional distribuye a países miembros. En la reunión del G20 de abril se acordó la creación de DEG por valor de 285.000 millones de dólares, y los países más ricos recibirán 177.000 millones de esta cantidad. Oxfam Internacional pide que la mitad de esa cantidad (89.000 millones) sean transferidos a los países más pobres.
Control de los paraísos fiscales. Poner en marcha un acuerdo multilateral para el intercambio automático de información impositiva y un exigir informes país por país sobre las filiales, ventas y beneficios de las empresas multinacionales, que ayude a los países pobres a recuperar los impuestos que cada año dejan de ingresar por la evasión fiscal y los precios manipulados en el comercio intrafirma. Esto podría suponer unos 160.000 millones de dólares para los países en desarrollo, y al mismo tiempo permitiría a los países más ricos recuperar los impuestos perdidos. Las iniciativas actuales de la OCDE sobre paraísos fiscales, apoyadas por el G20, se basan en acuerdos bilaterales entre países. Hasta la fecha, ningún país en desarrollo ha firmado un acuerdo bilateral sobre paraísos fiscales.
Moratoria de la deuda. Oxfam Internacional pide que se cancele el pago de las deudas de los países más pobres durante 2010, sin que se les apliquen intereses de demora durante el período de moratoria. Esto dará a esos países cerca de 10.000 millones de dólares que podrían invertir en servicios más necesarios y medidas de estímulo económico para su país. Este debería ser un paso intermedio hacia una cancelación total de las deudas para todos los países de renta baja.
Personas que engrosando las listas de pobreza:
- El Banco Mundial estima que 50 millones más de personas serán empujadas a la pobreza durante 2009, lo que equivale a casi 100 personas cada minuto.
- Naciones Unidas estima que la cifra puede incluso llegar a los 100 millones durante este año.
Cómo propone Oxfam Internacional conseguir el paquete de 290.000 millones de dólares
Poner en marcha un impuesto a las transacciones financieras internacionales de al menos el 0,005%. Se estima que dicha tasa puede generar un mínimo de 30.000 millones de dólares al año si se aplica a las cuatro principales monedas de reserva mundial (Dólar, Yen, Euro y Libra). Si se incluyera a más monedas, esta cifra podría incrementarse hasta los 50.000 millones de dólares. Una tasa ligeramente superior podría, además, generar más recursos para los gastos de los gobiernos en los países más ricos que actualmente se enfrentan a recortes en los servicios sociales.
Transferir la mitad de los nuevos Derechos Especiales de Giro de los países ricos. Los países del G8 y otros países donantes deberían transferir a los países pobres, al menos, la mitad reciente emisión de capital del FMI realizada mediante una nueva asignación de los Derechos Especiales de Giro (DEG) del FMI. Los DEG son una forma de moneda que la institución financiera internacional distribuye a países miembros. En la reunión del G20 de abril se acordó la creación de DEG por valor de 285.000 millones de dólares, y los países más ricos recibirán 177.000 millones de esta cantidad. Oxfam Internacional pide que la mitad de esa cantidad (89.000 millones) sean transferidos a los países más pobres.
Control de los paraísos fiscales. Poner en marcha un acuerdo multilateral para el intercambio automático de información impositiva y un exigir informes país por país sobre las filiales, ventas y beneficios de las empresas multinacionales, que ayude a los países pobres a recuperar los impuestos que cada año dejan de ingresar por la evasión fiscal y los precios manipulados en el comercio intrafirma. Esto podría suponer unos 160.000 millones de dólares para los países en desarrollo, y al mismo tiempo permitiría a los países más ricos recuperar los impuestos perdidos. Las iniciativas actuales de la OCDE sobre paraísos fiscales, apoyadas por el G20, se basan en acuerdos bilaterales entre países. Hasta la fecha, ningún país en desarrollo ha firmado un acuerdo bilateral sobre paraísos fiscales.
Moratoria de la deuda. Oxfam Internacional pide que se cancele el pago de las deudas de los países más pobres durante 2010, sin que se les apliquen intereses de demora durante el período de moratoria. Esto dará a esos países cerca de 10.000 millones de dólares que podrían invertir en servicios más necesarios y medidas de estímulo económico para su país. Este debería ser un paso intermedio hacia una cancelación total de las deudas para todos los países de renta baja.