Los dirigentes internacionales que se reúnen en el Foro Económico de Davos esta semana deberían tener muy presente cómo la crisis económica puede convertirse en un catalizador de nuevos modelos de economía y una nueva forma de hacer negocios, afirmó hoy Oxfam Internacional. Barbara Stocking, directora ejecutiva de Oxfam Gran Bretaña, presente en la cumbre explicó:“No podemos seguir haciendo negocios como hasta ahora, como si nada pasara. La crisis presente nos afecta a todos, hay gente que asiste a esta cumbre que ha perdido miles de millones, pero para muchas de las personas con las que trabajamos la inseguridad económica es una constante en la vida. Sin embargo, ahora se enfrentan a retos aún mayores debido al empeoramiento de la situación económica.En la última recesión mundial la ayuda extranjera cayó en un 25%, y en 1972/73 sufrió un recorte de un 15%. Esto no puede volver a pasar, sobre todo cuando los países ricos ya están incumpliendo sus promesas de incrementar la ayuda, y cuando a los países necesitados les urge más ayuda y no menos, para poder enfrentarse a los volátiles precios de alimentos y combustibles, así como a los efectos del cambio climático.Los efectos directos del declive económico ya se dejan sentir en los países pobres. En Vietnam, donde la inversión extranjera supera la quinta parte de la inversión total, se teme que algunos proyectos fundamentales se pospongan o cancelen.Además se estima que habrá un recorte en el envío de trabajadores extranjeros. Esto tendrá una repercusión enorme en ciertos países, como en Bangladesh, donde una familia de cada aldea depende de la ayuda extranjera para su supervivencia.El derrumbe del precio de los productos también afectará a los países pobres tanto de forma directa, al caer las ventas, como de forma indirecta al aumentar el desempleo. Por ejemplo, en la República Democrática del Congo hay 200 000 personas que han perdido su trabajo a causa del desplome del precio de los minerales.Los dirigentes reunidos en Davos esta semana pueden hacer que esto cambie. Los políticos deben reiterar sus promesas en cuanto al aumento de ayuda y además mantenerlas. Los presidentes de organizaciones del sector privado deben poner todo su empeño en minimizar el impacto del desempleo y de la caída de la demanda sobre los pobres. Asimismo, el sector de la banca debería ser más coherente y responsable, garantizando dinero para los países pobres donde es necesario invertir en infraestructuras fundamentales y conseguir el desarrollo económico.Igualmente importante serán las conversaciones que deberían iniciarse esta semana sobre la forma de hacer que el crecimiento sea más sostenible, y que la gestión de la economía incluya a todas las partes. Hay una oportunidad que radica en el epicentro de esta crisis: la reconfiguración de las relaciones de poder y oportunidades de forma que nuestro futuro no se vea afectado por el crecimiento de las desigualdades.En concreto, los inversores deberían ver las dos caras de la oportunidad que ofrecen las inversiones en tecnologías verdes, al contribuir al medioambiente y potenciar el desarrollo económico al mismo tiempo”.
La crisis presente nos afecta a todos, pero para muchas de las personas con las que trabajamos la inseguridad económica es una constante en la vida.
Barbara Stocking
Directora Ejecutiva de Oxfam Gran Bretaña