El número de personas que viven en condiciones cercanas a la hambruna se ha multiplicado por seis desde el comienzo de la pandemia

Publicado: 9th Julio 2021

Oxfam alerta de que es probable que hasta 11 personas estén muriendo de hambre cada minuto, superando el número de muertes que provoca la COVID-19

Oxfam denuncia en un nuevo informe publicado hoy que es probable que hasta 11 personas estén muriendo de hambre y malnutrición cada minuto en el mundo. Este ritmo supera la actual tasa de mortalidad de la pandemia de COVID-19, que es de siete personas por minuto.

El informe, titulado 'El virus del hambre se multiplica', alerta de que los conflictos continúan siendo la principal causa del hambre desde la irrupción de la pandemia, sumiendo a más de medio millón de personas en una situación cercana a la hambruna, seis veces más que en 2020. 

Actualmente hay 155 millones de personas en el mundo que viven en una situación de crisis alimentaria o peor, lo que supone 20 millones de personas más que el año. En torno a dos de cada tres de estas personas pasan hambre a consecuencia de la guerra o los conflictos en sus países. 

El informe también describe cómo las perturbaciones económicas, acentuadas por la pandemia, y el agravamiento de la crisis climática han llevado a decenas de millones de personas a pasar hambre. El desempleo masivo y las grandes alteraciones en la producción de alimentos han provocado que el precio de los alimentos se dispare un 40 %, el mayor aumento en más de una década. 

Gabriela Bucher, directora ejecutiva de Oxfam Internacional, ha declarado lo siguiente: “Los incesantes conflictos, las consecuencias económicas de la pandemia y el agravamiento de la crisis climática han empujado a más de 520 000 personas al borde de la hambruna. En lugar de hacer frente a la pandemia, las partes en conflicto han seguido luchando entre sí, a menudo dando un golpe letal a millones de personas que ya sufrían las consecuencias de los fenómenos meteorológicos extremos y las perturbaciones económicas.”

A pesar de la irrupción de la pandemia, el gasto militar mundial ha aumentado en 51 000 millones de dólares, cantidad suficiente para cubrir seis veces y media la financiación requerida por las Naciones Unidas para acabar con el hambre en el mundo. Mientras tanto, los conflictos y la violencia han provocado que el número de personas desplazadas internamente haya alcanzado un máximo histórico, llegando a los 48 millones de personas a finales de 2020.

“Se sigue utilizando el hambre como arma de guerra, privando a la población civil de agua y alimentos e impidiendo la llegada de ayuda humanitaria. Las personas no pueden vivir de forma segura o conseguir alimentos si se bombardean los mercados y se destruyen los cultivos y el ganado.”

Bahjah, una madre de ocho hijos que vive en la provincia de Hajjah, en Yemen, y que ha tenido que huir de su hogar varias veces, contó a Oxfam: “Mi marido es demasiado viejo para trabajar, y yo estoy enferma. No nos ha quedado más remedio que enviar a nuestros hijos a pedir comida y a traer sobras de restaurantes. Pero incluso la comida que conseguían traer no era suficiente.”

Gabriela Bucher afirma : “la pandemia también ha puesto al descubierto las profundas desigualdades que hay en el mundo. La fortuna de las 10 personas más ricas del mundo (nueve son hombres) aumentó en 413 000 millones de dólares el año pasado; según las Naciones Unidas, esta cantidad es suficiente para financiar 11 veces la totalidad de su asistencia humanitaria mundial.”

Algunas de las zonas críticas del hambre en el mundo, como Afganistán, Etiopía, Sudán del Sur, Siria y Yemen, siguen asoladas por los conflictos, y han experimentado un drástico aumento de los niveles de hambre extrema comparado al año pasado. 

Según un reciente análisis de la Clasificación Integrada de la Seguridad Alimentaria en Fases (CIF), más de 350 000 personas en la región de Tigray (Etiopía) viven actualmente en condiciones cercanas a la hambruna. Se trata de la cifra más elevada desde la registrada en Somalia en 2011, cuando 250 000 personas murieron de hambre. Se calcula que más de la mitad de la población yemení vivirá una situación de crisis alimentaria o peor a lo largo de este año. 

La inseguridad alimentaria también se ha agravado en países de renta media como India, Sudáfrica y Brasil, que se han convertido en zonas emergentes del hambre, y donde se han producido algunos de los aumentos más drásticos de casos de COVID-19. 

Algunos ejemplos de zonas críticas del hambre reflejados en el informe incluyen:

  • Brasil: las medidas para frenar la propagación del virus obligaron a cerrar los pequeños negocios, y más de la mitad de la población trabajadora del país perdió su empleo. La pobreza extrema se ha triplicado, pasando del 4,5 % al 12,8 %, y cerca de 20 millones de personas se han visto arrastrados al hambre. El Gobierno federal solo ha garantizado ayudas para 38 millones de familias vulnerables, por lo que millones de familias más se han quedado sin ningún tipo de ingreso mínimo para sobrevivir.
     
  • India: el aumento vertiginoso de los casos de COVID-19 ha arrasado la salud pública y los ingresos en el país, sobre todo para las trabajadoras y trabajadores migrantes y las agricultoras y agricultores, que se vieron obligados a abandonar sus cultivos. Más del 70 % de las personas encuestadas en 12 estados del país afirmó haber tenido que reducir la cantidad de alimentos que consumen al no poder comprar comida. Asimismo, el cierre de las escuelas ha privado a 120 millones de niñas y niños de su principal comida del día. 
     
  • Yemen: los bloqueos, el conflicto y la crisis de carburante han provocado que el precio de los alimentos básicos se haya más que duplicado desde 2016. La ayuda humanitaria ha caído a la mitad, limitando la repuesta de las organizaciones humanitarias y dejando a cinco millones de personas sin acceso a ayuda alimentaria. El número de personas que viven en condiciones cercanas a la hambruna se ha casi triplicado, llegando a 47 000 en julio de 2021.
     
  • Región del Sahel: en los países más afectados por los conflictos, como Burkina Faso, se produjo un aumento de los niveles del hambre del 200 % entre 2019 y 2020. El recrudecimiento de la violencia en la zona central del Sahel y en la Cuenca del Lago Chad ha obligado a 5,3 millones de personas a huir de sus hogares, y ha provocado la mayor inflación del precio de los alimentos de los últimos cinco años. La crisis climática no ha hecho sino agravar la situación: el número de inundaciones se ha disparado un 180 % desde 2015, arrasando los cultivos y mermando los ingresos de 1,7 millones de personas tan solo el año pasado. 
     
  • Sudán del Sur: diez años después de la declaración de independencia del país, más de 100 000 personas viven en condiciones cercanas a la hambruna. La violencia crónica y las inundaciones interrumpieron la actividad agrícola y forzaron a 4,2 millones de personas a huir de sus hogares. Por el momento, no se ha movilizado siquiera el 20 % de los 1680 millones de dólares del llamamiento humanitario de las Naciones Unidas para Sudán del Sur.


Mulu Gebre, de 26 años, que tuvo que huir de su ciudad en Tigray (Etiopía) cuando estaba embarazada de nueve meses, ha contado a Oxfam: “Vine a Mekele porque me habían dicho que aquí daban comida y leche a los niños pequeños. Cuando llegué, no pude encontrar comida ni siquiera para mí. Necesito comida para mi hijo, que solo tiene cuatro meses y nació bajo de peso.”

Gabriela Bucher añade: “las personas que trabajan en el sector informal, las mujeres, las personas desplazadas y otros grupos marginados se ven desproporcionadamente afectados por los conflictos y el hambre. Las mujeres y las niñas están especialmente afectadas ya que, a menudo, comen menos y son las últimas en hacerlo. Se ven enfrentadas a dilemas imposibles, como tener que elegir entre ir al mercado y arriesgarse así a sufrir agresiones físicas o sexuales, o bien contemplar cómo sus familias pasan hambre.”

“Los Gobiernos deben tomar medidas para que los conflictos dejen de agravar los catastróficos niveles de hambre; en su lugar, deben garantizar que la asistencia humanitaria llegue a las personas que más lo necesitan. Los Gobiernos donantes deben financiar urgentemente la totalidad del llamamiento humanitario de las Naciones Unidas para salvar vidas de manera inmediata. Los miembros del Consejo de Seguridad también deben exigir responsabilidades a quienes utilizan el hambre como arma de guerra.”

“Para evitar muertes y que millones de personas más se vean arrastradas a la pobreza extrema y el hambre, los Gobiernos deben poner freno a esta enfermedad mortal; nunca había sido tan urgente lograr una vacuna universal. Al mismo tiempo, los Gobiernos deben construir unos sistemas alimentarios más justos y sostenibles y fomentar los programas de protección social.” 

Desde la irrupción de la pandemia, Oxfam ha apoyado a cerca de 15 millones de las personas en mayor situación de vulnerabilidad del mundo con asistencia alimentaria, transferencias de efectivo y agua apta para el consumo, así como con proyectos de ayuda a las familias agricultoras. Trabajamos en colaboración con más de 694 organizaciones socias en 68 países. 

Oxfam aspira a ayudar a millones de personas a lo largo de los próximos meses y busca con urgencia fondos para financiar sus programas en todo el mundo.

Notas para editores

Puede descargar aquí el informe 'El virus del hambre se multiplica. Conflictos, COVID-19 y cambio climático: una combinación mortal que agrava el hambre en el mundo'.

La Clasificación Integrada de la Seguridad Alimentaria en Fases (CIF) es una herramienta para medir la severidad de la inseguridad alimentaria en una escala con cinco categorías que comprenden de la fase CIF 1 a la fase CIF 5, siendo la categoría más catastrófica la fase CIF 5.
 
Oxfam ha calculado el incremento porcentual dividiendo el número de personas en la fase CIF 5 a fecha de mediados de junio de 2021 (datos de la CIF, incluidas las proyecciones actuales), que asciende a 521 814, por el número de personas en la fase CIF 5 a fecha de finales de 2019 (GRFC 2020), de 84 500 personas, dando como resultado un incremento del 517 %, es decir, seis veces más.

Oxfam ha aplicado las reducciones de las tasas de mortalidad brutas de la fase 3 de la CIF a la cifra global reflejada en el Global Report on Food Crises (GRFC) 2021, de 155 millones de personas en la fase CIF3+, para así calcular el número de personas que podrían morir de hambre por minuto. Según estos cálculos, podrían morir de hambre entre 7750 y 15345 personas al día (entre 5 y 11 por minuto). Se trata de una medición conservadora, ya que Oxfam solo ha aplicado las tasas de mortalidad brutas de la fase 3 de la CIF, que es menor que las tasas de mortalidad brutas esperadas en las fases 4 y 5 de la CIF. 

El promedio global diario de muertes por COVID-19 confirmadas durante la semana del 14 al 20 de junio de 2021 fue de 9967, cifra equivalente a 7 fallecimientos por minuto, según los datos de la Universidad Johns Hopkins y de la base de datos Our World in Data de la Universidad de Oxford. 

Los conflictos son la principal causa de la situación de crisis de inseguridad alimentaria o peor en la que viven actualmente casi 100 millones de personas en 23 países. Fuente: GRFC 2021.  

Excepto Madagascar, todos los países que se enfrentan a situaciones cercanas a la hambruna están afectados por conflictos. Asimismo, casi todos los países que se encuentran en la fase 4 de la CIF (incluidos Afganistán, Burkina Faso, Siria y Nigeria) también están afectados por conflictos.

Veinte de los 25 países mencionados en este informe se han visto afectados por los tres factores causantes del hambre (COVID-19, conflictos y crisis climática).

Los datos sobre las dietas en India se basan en una encuesta realizada por el Center for Sustainable Employment de la Azim Premji University a 4879 personas en 12 estados del país entre abril y mayo de 2020. 

Las cifras de los niveles de hambre en los países de la región del Sahel de África Occidental se basan en los registros de Cadre Harmonisé sobre la fase 3 o superior de la CIF para el periodo de junio-agosto de 2019, comparado al mismo periodo de 2020.

Según el informe global de 2020 del Observatorio de Desplazamiento Interno (IDMC), a fecha de 31 de diciembre de 2020 había 48 millones de personas desplazadas internas como resultado de los conflictos y la violencia en 59 países y territorios. Se trata de la cifra más alta jamás registrada.

Hay disponibles historias, fotografías y vídeos sobre el impacto que los conflictos, la COVID-19 y el cambio climático tienen sobre el hambre en el mundo previa solicitud. 
 

Información de contacto

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