Haití, un mes después: "Aún queda una montaña por escalar"

Publicado: 12th Febrero 2010

La organización humanitaria teme la proliferación de casos de diarrea y otras enfermedades derivadas del agua contaminada debido a las malas condiciones de los sistemas de canalización y la falta de letrinas en los asentamientos

 
Oxfam Internacional ha advertido que la temporada de lluvias en Haití dará comienzo en apenas seis semanas y ha expresado su temor ante un posible aumento de los casos de diarrea y las enfermedades derivadas de agua contaminada entre la población desplazada en Puerto Príncipe, debido a las malas condiciones de los sistemas de desagüe y canalización de los asentamientos, el limitado número de letrinas y la superpoblación de los campos formados tras el terremoto. 
La agencia ha señalado que ha habido enormes y satisfactorios esfuerzos a la hora de proporcionar agua potable y comida a la población afectada por el terremoto que devastó Puerto Príncipe hace hoy exactamente un mes. Pero que ese mismo esfuerzo debe hacerse ahora para no dejar que la salud pública de los haitianos empeore.

Programas de limpieza y sensibilización

Oxfam Internacional ha instalado letrinas en 11 lugares claves de la ciudad. Un número que se verá aumentado durante las próximas semanas. Además, los equipos de Promoción de la Salud Pública están trabajando con las comunidades locales con el fin de reducir los riesgos de enfermedades por medio de programas de retirada de basuras y campañas de sensibilización. Hasta la fecha Oxfam Internacional ha asistido a 100.000 personas y continúa llevando a cabo su respuesta humanitaria para asistir a 500.000 hasta finales del próximo julio. 

“Gracias a la generosidad pública y a la respuesta política la ayuda se ha expandido rápidamente para cubrir las necesidades de la población, pero aún queda una montaña por escalar. Necesitamos ahora un gran esfuerzo para mejorar la salud pública de la población de Haití. Un esfuerzo de todos los actores implicados, como la Comunidad Internacional y las Naciones Unidas. Alrededor de 230.000 personas perdieron la vida el 12 de enero. Nuestra mayor prioridad es que ese numero no aumente”, señaló Marcel Stoessel, responsable de la emergencia de Oxfam en Haití.

Los asentamientos de desplazados están deviniendo en barriadas superpobladas que necesitan urgentemente un fácil acceso a los servicios básicos. Urge realizar más y mejores sistemas de canalización en los campos antes de la época de lluvias. Oxfam Internacional ha expresado también su preocupación por la seguridad de la población que se ha desplazado a áreas donde pueden darse desprendimientos de tierras y barro debido a las lluvias.

Nuevos campos

El Gobierno de Haití tiene planes de reubicar a los desplazados en nuevos campos, pero hace falta clarificar donde hay tierra libre para ello o si por el contrario el Estado confiscará tierra privada. Además, se debe asegurar que la población afectada no será forzada a dejar sus comunidades para ir a los nuevos asentamientos, que éstos serán seguros y que existe un plan para asegurar que los campos no van a convertirse en meros vertederos a las afueras de la ciudad.  

Los grandes retos logísticos de esta emergencia –comunicaciones, transporte, pérdida de personal de las ONG, destrucción tanto física como de infraestructuras políticas- están siendo superados, pero aún existen ciertos cuellos de botella. La coordinación de la ayuda es buena; pero necesita mejorar. Centenares de agencias están jugando su papel en esta respuesta humanitaria. Naciones Unidas ha hecho una excelente labor de coordinación; pero se necesita un mayor liderazgo del gobierno de Haití facilitado por la ONU.  Más del 75% de la capital debe ser reconstruida. Ello llevará varios años y las tareas de reconstrucción requieren del completo apoyo de la Comunidad Internacional aunque también el propio punto de vista del Gobierno haitiano.

“Sea cual sea, ésta debería asegurar que el nuevo Puerto Príncipe no recrea las injusticias del pasado. La reconstrucción debe estar liderada por haitianos y ser para los haitianos. Con más del 80% de la población por debajo del umbral de la pobreza antes del terremoto, atender las necesidades básicas de toda esa gente debe ser lo primero.”, añade Stoessel. Por último, mientras la ayuda internacional se está centrando en la capital, donde se encuentran la mayoría de necesidades, hay una creciente preocupación sobre las condiciones en las zonas rurales, donde hay 500.000 haitianos desplazados cuyas necesidades básicas deben estar cubiertas.    

Nuestra mayor prioridad es evitar que el número de víctimas no aumente durante la temporada de lluvias.
Marcel Stoessel
Responsable de la Emergencia de Oxfam en Haití

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