Es necesario actuar con urgencia para evitar que otros cientos de millones de personas se conviertan en víctimas del hambre fruto de los volátiles precios de los alimentos y de la incipiente falta de energía y agua, según ha informado Oxfam Internacional a día de hoy.Décadas de inversiones paupérrimas en agricultura, sumadas a la creciente amenaza del cambio climático, dejan claro que a pesar de los recientes recortes en los precios, la seguridad alimentaria no se puede garantizar y que, de hecho, la situación podría agravarse, según declara Oxfam Internacional a la apertura de la Conferencia de la ONU en Madrid dedicada a tratar este tema.Oxfam da la alarma el mismo día que se publican dos informes en los que se describen las amenazas para la seguridad alimentaria global y se deja de manifiesto la falta de una acción coordinada internacional adecuada capaz de acabar con el hambre.Oxfam ha publicado los informes Mil millones de personas hambrientas y Alimentar a nueve mil millones, conjuntamente con Chatham House (grupo de expertos del Reino Unido), y juntos hacen un llamamiento a la acción de los políticos y representantes de las empresas privadas y la sociedad civil para debatir la implementación de la respuesta del equipo de trabajo de la ONU.A pesar de que a lo largo de los últimos meses se han reducido los precios de los alimentos, no han regresado a sus niveles anteriores y es probable que aumenten significativamente en el futuro. Además, la volatilidad de los precios constituye un problema, y es necesario solucionar el problema estructural subyacente que produce las hambrunas crónicas que afectan a 1 de cada 6 personas en el mundo en la actualidad, según Oxfam.Carlos Galian, experto de Oxfam Internacional en política agrícola, indicó: “Este debería ser un despertador para los que creen que la crisis alimenticia está acabada. Los líderes mundiales tienen una oportunidad para evitar una situación peor derivada de los tres problemas actuales: la crisis económica, el cambio climático, y la escasez de energía y agua. Deben actuar de inmediato para transformar sus planes en una acción coordinada que se centre urgentemente en las necesidades y se empiecen a hacer reformas a largo plazo. En caso de no hacerlo, millones de personas sufrirán hambre”.Oxfam afirma que la grave falta actual de alimentos en Afganistán, Etiopía, Kenia, Mozambique y Zimbabue es prueba de que la crisis alimenticia mundial está lejos de un final (ver anexo). Incluso antes de la escalada reciente de precios, se estimaba que el número de desnutridos alcanzaba los 850 mil millones. Ahora casi llegan a los mil millones, a raíz de la escalada de precios, junto con otros factores como la inestabilidad política y los conflictos armados. “No se ha hecho lo suficiente para acabar con esta situación. Existe una descoordinación en todos los niveles y todavía no se ha aprovechado la oportunidad para cambiar de raíz el sistema de ayuda. Las instituciones internacionales y los donantes deben modificar la tendencia de décadas de inversiones mínimas en agricultura y descartar abiertamente políticas tergiversantes como las referentes a biocombustibles, que no hacen más que empeorar todo”, confiesa Galian, que participa en la conferencia.“La decisión reciente de la UE de reabrir la puerta a las exportaciones de lácteos es justamente lo contrario a lo que necesitamos: es un paso atrás, que pone en duda el compromiso con reformas a largo plazo”, añade.Alimentar a nueve mil millones, publicado por Chatham House y co-financiado por Oxfam, predice un incremento en la demanda mundial de alimentos como consecuencia del aumento de la población en 2,5 mil millones de habitantes hasta alcanzar 9,2 mil millones de personas para 2050. También comenta sobre la predicción de la ONU sobre el cambio climático, que augura un aumento del número mundial de desnutridos entre 40 millones y 170 millones de personas.A la vez, Mil millones de personas hambrientas de Oxfam incluye recomendaciones de cambios en el sistema de ayuda humanitaria y hace un llamamiento para que los países pobres aporten su grano de arena invirtiendo más en agricultura, a la vez que centrándose en las mujeres y los productores pequeños. Los países en desarrollo deben incrementar sus medidas de protección social para los más desfavorecidos, incluyendo pagos en efectivo y planes de creación de empleo para los que estén en riesgo de padecer hambre. Los países ricos deben asegurar una financiación predecible a largo plazo para que los países en desarrollo puedan invertir en agricultura y adaptación al cambio climático.
Notas para editores
Anexo 1: las cifras de la crisis alimentaria
- Uno de cada seis habitantes del planeta pasa hambre, casi mil millones de personas.
- 13 millones de niños nacen cada año con problemas de crecimiento a nivel intrauterino, lo que significa atrofias incluso antes de nacer debido al hambre que sufren sus madres.
- Entre 50 y 60% de la mortalidad infantil en los países en desarrollo se debe al hambre.
- El riesgo de muerte es 2,5 veces superior para los niños con una leve desnutrición que para aquellos bien alimentados.
- La proporción de asistencia al desarrollo internacional dedicada a la agricultura ha descendido desde un 5% en 1980 a 3% en la actualidad.
- Los pobres son particularmente vulnerables a los cambios en los precios de los alimentos, debiendo gastar hasta un 80% de sus ingresos en alimentación.
Antes de la crisis reciente:
- más de 24 mil personas ya morían de hambre cada día.
- cinco millones de niños menores de 5 años morían cada año por causas relacionadas con el hambre.
- unos 16 mil niños morían cada día por causas relacionadas con el hambre: uno cada cinco segundos.
Anexo: la crisis continua
Afganistán
Cinco millones de personas sufren particularmente la crisis de alimentos en Afganistán, con otros 8,5 millones afectados por una inseguridad alimenticia crónica.
Afganistán es particularmente vulnerable a las fluctuaciones de los precios mundiales, ya que la producción agrícola del país se ha dividido a la mitad como consecuencia de la guerra, el desplazamiento de la población, las constantes sequías e inundaciones.
Oxfam está ayudando a construir depósitos de cereales en 31 comunidades de la provincia de Daikundi. Esto permite a estas comunidades comprar cereales cuando son baratos, y distribuirlos a quienes los necesiten para que puedan pasar el invierno sin tener que pedir préstamos o vender su ganado. 1814 hogares (unas 9000 personas) reciben estos cereales.
Etiopía
Estudios de varias ONG revelan altos y crecientes niveles de desnutrición e inseguridad alimenticia.
A pesar de la caída de los precios mundiales de los alimentos, el coste de los cereales en Etiopía permanece entre un 54 y un 338% superior a lo que costaba el año pasado. Las subidas de precios tras las cosechas resultan particularmente paradójicas, ya que debería ser el momento de mejor precio mínimo.
A pesar de que estos datos son conocidos, el Programa Mundial de Alimentos carece de alrededor de 359 millones de dólares para su programa de ayuda. Oxfam brinda su apoyo a más de 110 mil mujeres, hombres y niños en situación vulnerable brindándoles agua, comida y medios para ganarse la vida.
Kenia
Con 10 millones de personas bajo peligro de hambruna, a principios de mes (enero de 2009) el gobierno de Kenia declaró la emergencia nacional y solicitó 400 millones de dólares en ayuda. La emergencia se debe a una combinación de sequía, escalada de precios de los alimentos, y los efectos de la violencia electoral de principios de 2008, que interrumpieron las cosechas en el Valle del Rift, el granero del país.
Tras la dura sequía de 2005 y 2006, el programa de Oxfam en Turkana y Wajir se centró en prepararse y mejorar la capacidad de resistencia de la gente, incluyendo un mejor acceso al agua.
Mozambique
Siete de once provincias en Mozambique se enfrentan a problemas de hambruna debido a las malas cosechas. La ONU estima que unas 350 mil personas necesitan ayuda alimenticia después de que grandes extensiones del país recibieran menos de la mitad de las precipitaciones normales desde octubre.
El Programa Mundial de Alimentos advierte que, sin financiación adicional, se quedarán sin alimentos el mes que viene. Oxfam brinda asistencia a los agricultores para mejorar su acceso a alimentos suficientes mediante diferentes métodos agrícolas y diversificación de cultivos. El programa también apoya las oportunidades financieras de los agricultores mejorando su acceso a los mercados.
Zimbabue
Cinco millones de personas, casi la mitad de la población del país, dependen de la asistencia alimenticia. Otro millón de personas necesitan ayuda pero no la reciben porque los donantes no han aportado suficientes fondos. Las raciones que se dan a las familias hambrientas ya se tuvieron que recortar en el pasado y es posible que deban volver a reducirse el mes que viene, ya que no se dispone de suficientes alimentos para continuar.
Un estudio reciente del Programa Mundial de Alimentos reveló que en uno de cada ocho hogares no habían comido nada el día anterior. En octubre de 2008, Oxfam comenzó un programa de ayuda alimenticia de seis meses para brindar asistencia a 165 mil personas vulnerables de la provincia de Midlands. En la actualidad, estamos ampliando el programa para llegar a 250 mil personas. Asimismo, estamos facilitando semillas y fertilizante a los agricultores.
Anexo 1: las cifras de la crisis alimentaria
- Uno de cada seis habitantes del planeta pasa hambre, casi mil millones de personas.
- 13 millones de niños nacen cada año con problemas de crecimiento a nivel intrauterino, lo que significa atrofias incluso antes de nacer debido al hambre que sufren sus madres.
- Entre 50 y 60% de la mortalidad infantil en los países en desarrollo se debe al hambre.
- El riesgo de muerte es 2,5 veces superior para los niños con una leve desnutrición que para aquellos bien alimentados.
- La proporción de asistencia al desarrollo internacional dedicada a la agricultura ha descendido desde un 5% en 1980 a 3% en la actualidad.
- Los pobres son particularmente vulnerables a los cambios en los precios de los alimentos, debiendo gastar hasta un 80% de sus ingresos en alimentación.
Antes de la crisis reciente:
- más de 24 mil personas ya morían de hambre cada día.
- cinco millones de niños menores de 5 años morían cada año por causas relacionadas con el hambre.
- unos 16 mil niños morían cada día por causas relacionadas con el hambre: uno cada cinco segundos.
Anexo: la crisis continua
Afganistán
Cinco millones de personas sufren particularmente la crisis de alimentos en Afganistán, con otros 8,5 millones afectados por una inseguridad alimenticia crónica.
Afganistán es particularmente vulnerable a las fluctuaciones de los precios mundiales, ya que la producción agrícola del país se ha dividido a la mitad como consecuencia de la guerra, el desplazamiento de la población, las constantes sequías e inundaciones.
Oxfam está ayudando a construir depósitos de cereales en 31 comunidades de la provincia de Daikundi. Esto permite a estas comunidades comprar cereales cuando son baratos, y distribuirlos a quienes los necesiten para que puedan pasar el invierno sin tener que pedir préstamos o vender su ganado. 1814 hogares (unas 9000 personas) reciben estos cereales.
Etiopía
Estudios de varias ONG revelan altos y crecientes niveles de desnutrición e inseguridad alimenticia.
A pesar de la caída de los precios mundiales de los alimentos, el coste de los cereales en Etiopía permanece entre un 54 y un 338% superior a lo que costaba el año pasado. Las subidas de precios tras las cosechas resultan particularmente paradójicas, ya que debería ser el momento de mejor precio mínimo.
A pesar de que estos datos son conocidos, el Programa Mundial de Alimentos carece de alrededor de 359 millones de dólares para su programa de ayuda. Oxfam brinda su apoyo a más de 110 mil mujeres, hombres y niños en situación vulnerable brindándoles agua, comida y medios para ganarse la vida.
Kenia
Con 10 millones de personas bajo peligro de hambruna, a principios de mes (enero de 2009) el gobierno de Kenia declaró la emergencia nacional y solicitó 400 millones de dólares en ayuda. La emergencia se debe a una combinación de sequía, escalada de precios de los alimentos, y los efectos de la violencia electoral de principios de 2008, que interrumpieron las cosechas en el Valle del Rift, el granero del país.
Tras la dura sequía de 2005 y 2006, el programa de Oxfam en Turkana y Wajir se centró en prepararse y mejorar la capacidad de resistencia de la gente, incluyendo un mejor acceso al agua.
Mozambique
Siete de once provincias en Mozambique se enfrentan a problemas de hambruna debido a las malas cosechas. La ONU estima que unas 350 mil personas necesitan ayuda alimenticia después de que grandes extensiones del país recibieran menos de la mitad de las precipitaciones normales desde octubre.
El Programa Mundial de Alimentos advierte que, sin financiación adicional, se quedarán sin alimentos el mes que viene. Oxfam brinda asistencia a los agricultores para mejorar su acceso a alimentos suficientes mediante diferentes métodos agrícolas y diversificación de cultivos. El programa también apoya las oportunidades financieras de los agricultores mejorando su acceso a los mercados.
Zimbabue
Cinco millones de personas, casi la mitad de la población del país, dependen de la asistencia alimenticia. Otro millón de personas necesitan ayuda pero no la reciben porque los donantes no han aportado suficientes fondos. Las raciones que se dan a las familias hambrientas ya se tuvieron que recortar en el pasado y es posible que deban volver a reducirse el mes que viene, ya que no se dispone de suficientes alimentos para continuar.
Un estudio reciente del Programa Mundial de Alimentos reveló que en uno de cada ocho hogares no habían comido nada el día anterior. En octubre de 2008, Oxfam comenzó un programa de ayuda alimenticia de seis meses para brindar asistencia a 165 mil personas vulnerables de la provincia de Midlands. En la actualidad, estamos ampliando el programa para llegar a 250 mil personas. Asimismo, estamos facilitando semillas y fertilizante a los agricultores.