Tanto los países ricos como los pobres deben dejar de lado las recriminaciones y el escepticismo sobre estas negociaciones cruciales de la ONU y, en cambio, deben trabajar para encontrar cómo alimentar los 925 millones de personas que pasan hambre hoy en el mundo.
Oxfam afirma que países como Gran Bretaña, los Estados Unidos, Canadá, la India, Etiopía y Egipto deben trabajar conjuntamente para dar al Comité de Seguridad Alimentaria (CSA) el peso político necesario que le permita conseguir sus objetivos.
El CSA tratará cuatro temas clave: el diseño de un “marco estratégico” que permita conectar las políticas de todos los países relacionadas con alimentación, la apropiación de tierras (land grabbing), la volatilidad del precio de los alimentos, la ayuda agrícola y, por último, el flujo de inversiones.
“El CSA podría convertirse en el foro político más importante para conseguir la seguridad alimentaria a escala mundial, pero sólo si los países trabajan conjuntamente para cambiar el status quo. Si se reúnen sólo para pelearse y echarse las culpas unos a otros, el CSA fracasará, con un gran coste humano”, ha afirmado el portavoz de Oxfam, Chris Leather.
“Oxfam afirma que algunos países ricos como Gran Bretaña, los Estados Unidos, Holanda y Canadá no se están comprometiendo suficientemente con el CSA. “Si temen que sea demasiado complicado llegar a tomar decisiones, la respuesta entonces es que deben involucrarse y conseguir que funcione el Comité”, ha añadido Leather. “Oxfam afirma que algunos países ricos como Gran Bretaña, los Estados Unidos, Holanda y Canadá no se están comprometiendo suficientemente con el CSA. “Si temen que sea demasiado complicado llegar a tomar decisiones, la respuesta entonces es que deben involucrarse y conseguir que funcione el Comité”, ha añadido Leather.
Por otra parte la Unión Europea y países como Francia, Italia, Alemania, Brasil y muchos de Latinoamérica y el Caribe son grandes defensores del CSA. “Parecen tener mucho interés real en cambiar las políticas dominantes de los últimos 30 años. Quieren acuerdos más ambiciosos para combatir el hambre a través de una aproximación realmente multilateral”, ha afirmado Leather.
Algunos países como Indonesia, Níger, India, Camboya y China no han sido muy activos en el CSA porque les faltan recursos o compromiso político. Sin embargo, Leather consideró esperanzador que Bangladesh, Mozambique, Angola y Malawi envíen ministros a la reunión del CSA. “Los países africanos y los asiáticos son un bloque poderoso que podría dar un fuerte empuje al CSA para que llegue a su máximo potencial. Necesitamos su participación enérgica y constructiva.”
Cada uno de los cuatro temas que tratará el CSA genera polémica porque algunos países traen a la mesa negociadora puntos de vista a menudo diferentes:
- Marco Estratégico Global: El CSA iniciará las negociaciones sobre cómo deben trabajar conjuntamente los gobiernos y las instituciones para dar apoyo a los planes nacionales de acción, para coordinar la ayuda y las inversiones, y para garantizar que las políticas nacionales no ponen en peligro la seguridad alimentaria de otros países. El plan debería estar acabado a finales de octubre del 2012.
“Brasil y Francia están presionando para conseguir un marco ambicioso, pero a otros países como los Estados Unidos les preocupan que algunos asuntos espinosos como, por ejemplo, los modelos de producción agrícola, acaben consumiendo demasiado tiempo y demasiada energía. En este caso el compromiso de los países africanos y asiáticos podría ser crucial”, ha señalado Leather.
- Tenencia de la tierra e inversión en agricultura: La reunión del CSA será la primera oportunidad que tenga la comunidad internacional para dar respuesta al aumento del fenómeno de apropiación de tierras (land grabbing). El año pasado se vendieron a inversores privados unos 45 millones de hectáreas de tierra, lo que corresponde a la extensión de toda Suecia, por ejemplo. A menudo estas ventas suponen un alto coste, en especial para el campesinado pobre. La cifra se ha multiplicado por diez respecto a los años anteriores.
“El land grabbing es muy polémico y nos preocupa el hecho de que muy pocos países parecen estar dispuestos a apoyar medidas fuertes en el CSA como, por ejemplo, regulaciones vinculantes”, ha afirmado Leather. “El riesgo es que el fenómeno del land grabbing siga sin estar controlado porque los gobiernos hagan dejación de funciones y no asuman su responsabilidad”.
- Volatilidad del precio de los alimentos: El CSA tratará la volatilidad del precio de los alimentos pero es improbable que tome decisiones políticas al respecto. En vez de eso, se pedirá a un panel de expertos de alto nivel que investiguen el tema e informen al CSA. La volatilidad de los precios es una de las causas y efectos más importantes de las recientes crisis alimentarias globales.
“Los países tienen diferentes puntos de vista en función de si son, por ejemplo, importadores netos de alimentos o exportadores. Oxfam cree que el CSA necesita tomar en consideración aspectos como la especulación, las reservas de alimentos y la adaptación al cambio climático. Los gobiernos deben desarrollar políticas coherentes para poner freno a la volatilidad de los precios que están perjudicando al campesinado más pobre,” ha afirmado Leather.
- Mapeo de los recursos: El CSA tratará el desarrollo de un instrumento que permita mapear el flujo de las inversiones en agricultura y alimentación en los países pobres, y ver cómo se utilizan en comparación con la estrategia de seguridad alimentaria del país.
“Brasil, los Estados Unidos y la Unión Europea apoyan la iniciativa del mapeo. Sin embargo algunos países en desarrollo pueden interpretar la iniciativa como una treta de los países donantes para cargarles a ellos la responsabilidad de la seguridad alimentaria. Oxfam cree que el CSA tiene un rol clave en el mapeo de las políticas nacionales, los planes y las inversiones en los países pobres, y para garantizar que la ayuda internacional les ayude en vez de perjudicarles”, ha concluido Leather.
Notas para editores
Oxfam contará con portavoces en Roma disponibles para entrevistas en italiano, español, inglés, alemán, holandés y francés.
Contamos también con informes de contexto (en inglés) sobre el CSA, el precio de los alimentos, land grabbing y el marco de estrategia global.
Oxfam lanzó en septiembre el informe “Reducir el hambre a la mitad:¿aún es posible?”, donde demuestra que reducir el hambre en el mundo a la mitad hacia el 2015 es posible.
Oxfam Italia organiza una Photo/video opportunity en el Circo Massimo el lunes 11 de octubre a las 9:00 am, donde campesinos y campesinas pobres intentan hacer avanzar el mundo hacia el “derecho a la alimentación”, y en la carrera deben hacer frente a obstáculos como el cambio climático, la volatilidad de los precios, el difícil acceso, e injusto, a la tierra y al agua, mientras los líderes políticos del Norte y del Sur se culpan unos a otros de la crisis alimentaria.
Información de contacto
Gabriele Carchella: +39 320 477 78 95 gabriele.carchella@oxfamitalia.org
Magali Rubino: + 33 6 30 46 66 04 mrubino@oxfamfrance.org
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Contamos también con informes de contexto (en inglés) sobre el CSA, el precio de los alimentos, land grabbing y el marco de estrategia global.
Oxfam lanzó en septiembre el informe “Reducir el hambre a la mitad:¿aún es posible?”, donde demuestra que reducir el hambre en el mundo a la mitad hacia el 2015 es posible.
Oxfam Italia organiza una Photo/video opportunity en el Circo Massimo el lunes 11 de octubre a las 9:00 am, donde campesinos y campesinas pobres intentan hacer avanzar el mundo hacia el “derecho a la alimentación”, y en la carrera deben hacer frente a obstáculos como el cambio climático, la volatilidad de los precios, el difícil acceso, e injusto, a la tierra y al agua, mientras los líderes políticos del Norte y del Sur se culpan unos a otros de la crisis alimentaria.
Gabriele Carchella: +39 320 477 78 95 gabriele.carchella@oxfamitalia.org
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