La agencia internacional Oxfam ha lanzado un llamamiento a los gobiernos que se reúnen en Roma para participar en el Comité de Seguridad Alimentaria Mundial (CFS) para que muestren la voluntad política necesaria para luchar contra las causas esenciales del hambre.
Con más de 13 millones de personas que necesitan recibir alimentos urgentemente en la región del Cuerno de África, el precio de los alimentos amenaza con mantenerse alto e inestable, mientras casi mil millones de personas se acuestan con hambre cada noche. Oxfam opina que está claro que las políticas y respuestas actuales no son las más apropiadas a la hora de resolver el problema.
El CFS, que se reúne del 17 al 22 de octubre, es el foro global donde deberían tomarse las decisiones más importantes a la hora de luchar contra el hambre. Es el único lugar en el que gobiernos, sociedad civil, instituciones sociales así como el sector privado pueden negociar y coordinar formalmente las medidas necesarias para eliminar el hambre de una vez por todas y garantizar una seguridad alimentaria para todos y todas.
“El CFS es nuestra mayor esperanza para poder adentrarnos en una nueva era de cooperación que la que se garantice que todas las personas tengan suficiente para comer, hoy y mañana. Se trata de un sistema de reglas multilaterales que permitirá que los gobiernos actúen colectivamente luchando por un interés común, resolviendo conflictos, alineando políticas y asignando recursos de una manera efectiva,” declaró Barbara Stocking, Directora Ejecutiva de Oxfam.
“Sabemos que es posible reducir el hambre notablemente: países como Brasil o Vietnam ya nos lo han demostrado. Lo que hace falta ahora es una voluntad a nivel político por parte de todos los gobiernos involucrados para que tomen unas decisiones valientes y arriesgadas, y luchen contra las causas esenciales del hambre.”
Oxfam exige que el CFS se ponga de acuerdo para llevar a cabo acciones urgentes y ambiciosas que luchen contra las causas del hambre y reduzcan la inestabilidad de los precios de los alimentos, eliminando los incentivos, ayudas y aranceles que transforman alimentos en combustible, regulando los mercados de consumo para evitar una especulación excesiva y aumentando las reservas alimentarias de los países más pobres para que puedan enfrentarse a la inestabilidad y polarización de los precios de los alimentos.
Asimismo, es necesario que exista una regulación por parte del gobierno en cuanto a inversiones y mejoras de tierras para poner punto final a los acaparamientos, así como un compromiso que tenga como objetivo aumentar la igualdad de género en la agricultura. También se requiere un aumento considerable con respecto a las inversiones públicas realizas en agricultura sostenible de pequeña escala, comenzando con los 22 mil millones de dólares prometidos por el G8 en 2009 durante la cumbre de L’Aquila, para que los países puedan alimentarse a sí mismos.
“Los elevados e imprevisibles precios de los alimentos a los que nos enfrentamos hoy en día son reflejo del fallo cometido a la hora de tratar las causas esenciales de la inestabilidad y el hambre tras la crisis de precios alimentarios de 2007-2008. Las promesas incumplidas referentes a fondos adicionales junto con los atajos ‘para cubrir agujeros rápidamente’ no van a solucionar la crisis alimentaria internacional, la actual emergencia humanitaria del Cuerno de África o prevenir una posible catástrofe en el futuro si continuamos a este ritmo,” declaró Stocking.
Se espera que el CFS adopte el primer instrumento sobre gobierno de tierras, un importantísimo primer paso a la hora de luchar con el cada vez mayor problema del acaparamiento de tierras. Las negociaciones sobre las directrices a seguir tuvieron lugar la semana pasada y están casi terminadas, pero Oxfam teme que dichas regulaciones no estén listas para la reunión de adopción del lunes.
“La dedicación mostrada por parte de los gobiernos y organizaciones de la sociedad civil para conseguir llegar a un acuerdo sobre posesión de tierras ha sido impresionante. Las directrices proporcionan una indicación clara para empoderar a los pueblos indígenas y a las comunidades locales. También es importante reconocer los derechos sobre tierras, posesión y propiedad común de las mujeres. Una vez que estas directrices sean adoptadas, el CFS debe marcar un camino bien delimitado para instaurar la implementación y garantizar que el cambio que afectará a las vidas de las comunidades más pobres será verdadero y positivo,” declaró Duncan Pruett, Consejero de políticas sobre tierras de Oxfam.
Los precios de los alimentos han subido inesperadamente en dos ocasiones desde 2006. Tras la crisis alimentaria de 2007-2008, los precios descendieron en la segunda mitad de 2009 para volver a aumentar desde mediados de 2010, alcanzando un punto álgido en febrero de 2011. Se espera que estos elevados e imprevisibles precios persistan durante el año próximo, a no ser que se desarrollen una serie de respuestas ambiciosas y bien coordinadas.
El Banco Mundial estima que unos 44 millones de personas se encontraban por debajo del umbral de la pobreza en la segunda mitad de 2010 debido a los elevados precios de los alimentos, y la investigación realizada por la campaña CRECE de Oxfam indica que el precio de los alimentos básicos como el maíz podría duplicarse en los próximos 20 años. Los hogares pobres, que dedican hasta tres cuartos de sus ingresos a la alimentación, son los más afectados por estas escalofriantes subidas de precios.
Las mujeres producen hasta el 80 por ciento de alimentos en algunos países pobres y, sin embargo, tienen pocas posibilidades de poseer sus propias tierras, trabajando en ocasiones las tierras menos productivas y recibiendo un escaso apoyo financiero o agrícola. Mientras que es importante notar que el CFS está centrado en la igualdad de género, Oxfam advierte que este enfoque debe ser integrado en todas las discusiones que lleven a cabo para garantizar así que los derechos y necesidades de las mujeres no son marginalizados o tratados de forma aislada.
“Es vital invertir en las mujeres agricultoras para poder aumentar la producción y alimentar a la humanidad. Las mujeres deben disfrutar también de un acceso y control igualitario sobre las tierras. Es esencial poder garantizar la igualdad de géneros, avanzar en las cuestiones relativas a derechos humanos que afectan a las mujeres y colocar las necesidades de las mujeres en el centro de todas las políticas para que un día alcancemos el derecho a alimentos para todos y todas,” afirmó Stocking.
Notas para editores
La campaña CRECE de Oxfam exige una acción global que repare un sistema alimentario defectuoso por el que 925 millones de personas pasan hambre cada día. La situación podría empeorar dada la disminución de los recursos naturales (tierras), los avances del cambio climático y la cada vez mayor imprevisibilidad en cuanto al precio de los alimentos. Descubre cómo podemos prevenir que vaya a peor en www.oxfam.org/crece
Información de contacto
Para más información contactar.:
En Roma: Gabriele Carchella; +39.320.4777895; gabriele.carchella@oxfamitalia.org;
En Oxford: Tricia O’Rourke +44 (0) 7989 965359; tricia.orourke@oxfaminternational.org.
La campaña CRECE de Oxfam exige una acción global que repare un sistema alimentario defectuoso por el que 925 millones de personas pasan hambre cada día. La situación podría empeorar dada la disminución de los recursos naturales (tierras), los avances del cambio climático y la cada vez mayor imprevisibilidad en cuanto al precio de los alimentos. Descubre cómo podemos prevenir que vaya a peor en www.oxfam.org/crece
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