Según un nuevo estudio que Oxfam presenta hoy, la reducción de las emisiones en la Unión Europea desde 1990 se debe a ciudadanos y ciudadanas europeos de ingresos medios y bajos, mientras que las del 10% más rico no han hecho sino aumentar.
El informe demuestra que abordar la desigualdad de las emisiones de carbono es fundamental para lograr el nuevo objetivo climático de la Unión Europea de cara a 2030 (que debatirán esta semana los líderes europeos), así como para lograr una recuperación económica sostenible, justa y rápida frente a la pandemia de COVID-19.
El informe, titulado Confronting Carbon Inequality in the European Union, se basa en un estudio que Oxfam ha llevado a cabo en colaboración con el Instituto del Medio Ambiente de Estocolmo sobre las emisiones derivadas del consumo de diferentes grupos de ingresos entre 1990 y 2015. Durante este período de 25 años, en el que se ha producido una reducción del 12 % de las emisiones europeas derivadas del consumo, así como un incremento de la desigualdad económica, el informe expone que:
- El 10 % más rico de la ciudadanía europea fue responsable de más de un cuarto (27 %) de las emisiones de la Unión Europea, volumen equivalente a las emisiones de la mitad más pobre de la población europea. El 40 % de los ciudadanos y ciudadanas europeos de "ingresos medios" fue responsable del 46 % de las emisiones, y el 1 % más rico, del 7 %.
- La mitad más pobre de la población europea redujo sus emisiones en casi un cuarto (24 %) y los ciudadanos y ciudadanas de "ingresos medios", en un 13 %. Por el contrario, el 10 % más rico de la población europea incrementó sus emisiones eb un 3 % y el 1 % más rico en un 5 %.
- Para garantizar que siga siendo posible mantener el calentamiento global por debajo de 1,5 °C, la huella de carbono del 10 % más rico de la población europea debe reducirse 10 veces de cara a 2030 y, en el caso del 1 % más rico, 30 veces. En cambio, la huella del 50 % más pobre de la población debe reducirse a la mitad.
Tim Gore, responsable de Política Climática de Oxfam y coautor del informe, declara: "La reducción de las emisiones de carbono de la Unión Europea se ha producido gracias a los ciudadanos y ciudadanas europeos más pobres, mientras que los más ricos han tenido vía libre. Pero ahora es el momento de que todos y todas pongamos de nuestra parte para lograr reducir aún más las emisiones durante la próxima década. La desigualdad de las emisiones de carbono podría desbaratar los objetivos climáticos de Europa a menos que los líderes europeos adopten un enfoque conjunto destinado tanto a reducir las emisiones como a abordar la desigualdad. Las protestas de los 'chalecos amarillos' en Francia ponen de manifiesto lo rápido que pueden desmoronarse las políticas climáticas cuando estas no se basan en los principios de equidad y justicia".
El informe revela una marcada desigualdad en cuanto a las emisiones de carbono tanto dentro de los Estados miembros de la UE como entre ellos. El 10 % más rico de la población de Alemania, Francia, Italia y España (cerca de 25,8 millones de personas) es responsable colectivamente de la misma cantidad de emisiones que la población total de 16 Estados miembros de la Unión Europea (aproximadamente. 84,8 millones de personas).
No obstante, el aumento de la desigualdad y la dependencia del carbón hacen que el 10 % más rico de la población de Polonia (cerca de 3,8 millones de personas), siendo un país relativamente pobre, sea responsable de mayores emisiones que la población entera de países como Suecia o Hungría (con una población de entre 9,8 y 9,9 millones de personas respectivamente).
La mayor parte de la huella de carbono de los ciudadanos y ciudadanas europeos que generan más emisiones proviene del transporte aéreo y los desplazamientos en coche (entre el 30 y el 40 %). La calefacción en las viviendas representa la mayor parte de la huella de carbono de los grupos de ingresos más bajos. Desde 1990, las emisiones derivadas del transporte han aumentado significativamente en todos los Estados miembros de la Unión Europea excepto en dos, y representan alrededor de un cuarto del conjunto de emisiones en este territorio. Esto se debe en parte al crecimiento de la demanda de vehículos de lujo contaminantes, como los SUV, que en la actualidad representan un tercio de los nuevos vehículos vendidos en la Unión Europea.
En 2020, con un calentamiento global de apenas 1 °C, la crisis climática ha provocado inundaciones y olas de calor en Europa, ciclones mortales en Centroamérica, enormes plagas de langostas que han arrasado cosechas en África Oriental, e incendios forestales sin precedentes en Australia y Estados Unidos. Aunque nadie es inmune a estas crisis, las personas en mayor situación de pobreza y exclusión son las más afectadas.
Oxfam insta a la Unión Europea a aplicar el paquete legislativo del Pacto Verde Europeo para luchar contra la desigualdad, reducir emisiones y estimular la recuperación económica frente a la pandemia de COVID-19.
Según afirma Tim Gore: "El Pacto Verde Europeo permite abordar las emisiones de las personas más ricas beneficiando de manera directa a los ciudadanos y ciudadanas europeos con menores ingresos. Es el momento de aplicar restricciones a los SUV, gravar el combustible de los aviones, invertir en la renovación de las viviendas y en el transporte público para poner fin a la pobreza energética, crear millones de empleos dignos, y lograr un aire más limpio para el conjunto de la población.
Un ambicioso objetivo climático de cara a 2030 acompañado de un Pacto Verde Europeo más justo ayudará a Europa a recuperarse de la crisis originada por la pandemia de COVID-19 a través de modelos económicos más sostenibles y resilientes que estén al servicio de todas las personas".
Notas para editores
El informe Confronting Climate Inequality in the European Union ya está disponible para descarga (solo disponible en inglés).
La investigación se basa en estimaciones de las emisiones derivadas del consumo de combustibles fósiles, es decir, las emisiones que se consumen dentro de un país incluyendo las emisiones generadas por las importaciones y excluyendo las de las exportaciones. La Unión Europea es un importador neto de emisiones, registrando ligeramente mayores niveles de emisiones derivadas del consumo que de la producción.
Las emisiones nacionales vinculadas al consumo se dividieron entre los hogares individuales basándose en los conjuntos de datos más recientes sobre la distribución de los ingresos y una relación funcional entre las emisiones y los ingresos. Basándose en los hallazgos de numerosos estudios, se asume por lo tanto que las emisiones aumentan en proporción a los ingresos, por encima de un límite mínimo de emisiones hasta un límite máximo. Las cifras para el conjunto europeo recogen datos de distintos grupos de ingresos de 27 Estados miembros, sin incluir al Reino Unido. El informe de investigación ofrece más detalles acerca de la metodología utilizada.
Los ingresos anuales del 1 % más rico de la población europea, un subgrupo del 10 % más rico, superan los 89 000 € (a fecha de 2015); los ingresos del 10 % más rico superan los 41 000 € anuales; los ingresos del 40 % intermedio oscilan entre 20 000 y 40 999 € anuales; y los ingresos de la mitad más pobre de la población europea se sitúan por debajo de los 19 999 € anuales.
En las próximas reuniones del Consejo Europeo, que tendrán lugar el 10 y 11 de diciembre, los líderes europeos debatirán el objetivo propuesto de reducir las emisiones de carbono en un 55% respecto a los niveles de 1990 en el territorio de cara a 2030. Oxfam estima que Europa deberá garantizar una reducción superior al 65 % para contribuir equitativamente a las reducciones globales necesarias para mantener el incremento de la temperatura global por debajo del límite de los 1,5 ºC establecido en el Acuerdo de París. Aunque la Unión Europea acoge a tan solo el 7 % de la población mundial, es responsable del 15 % de las emisiones derivadas del consumo a nivel global.
El Instituto del Medio Ambiente de Estocolmo es una organización internacional sin fines de lucro que se dedica a la investigación y el estudio de políticas para abordar retos en materia de medio ambiente y desarrollo.
Información de contacto
Anna Ratcliff: anna.ratcliff@oxfam.org, +447796993288
Jade Tenwick: jade.tenwick@oxfam.org, +32 2 234 11 15
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La investigación se basa en estimaciones de las emisiones derivadas del consumo de combustibles fósiles, es decir, las emisiones que se consumen dentro de un país incluyendo las emisiones generadas por las importaciones y excluyendo las de las exportaciones. La Unión Europea es un importador neto de emisiones, registrando ligeramente mayores niveles de emisiones derivadas del consumo que de la producción.
Las emisiones nacionales vinculadas al consumo se dividieron entre los hogares individuales basándose en los conjuntos de datos más recientes sobre la distribución de los ingresos y una relación funcional entre las emisiones y los ingresos. Basándose en los hallazgos de numerosos estudios, se asume por lo tanto que las emisiones aumentan en proporción a los ingresos, por encima de un límite mínimo de emisiones hasta un límite máximo. Las cifras para el conjunto europeo recogen datos de distintos grupos de ingresos de 27 Estados miembros, sin incluir al Reino Unido. El informe de investigación ofrece más detalles acerca de la metodología utilizada.
Los ingresos anuales del 1 % más rico de la población europea, un subgrupo del 10 % más rico, superan los 89 000 € (a fecha de 2015); los ingresos del 10 % más rico superan los 41 000 € anuales; los ingresos del 40 % intermedio oscilan entre 20 000 y 40 999 € anuales; y los ingresos de la mitad más pobre de la población europea se sitúan por debajo de los 19 999 € anuales.
En las próximas reuniones del Consejo Europeo, que tendrán lugar el 10 y 11 de diciembre, los líderes europeos debatirán el objetivo propuesto de reducir las emisiones de carbono en un 55% respecto a los niveles de 1990 en el territorio de cara a 2030. Oxfam estima que Europa deberá garantizar una reducción superior al 65 % para contribuir equitativamente a las reducciones globales necesarias para mantener el incremento de la temperatura global por debajo del límite de los 1,5 ºC establecido en el Acuerdo de París. Aunque la Unión Europea acoge a tan solo el 7 % de la población mundial, es responsable del 15 % de las emisiones derivadas del consumo a nivel global.
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