Cómo la desigualdad y la degradación medioambiental amenazan con excluir a las personas pobres de los beneficios del crecimiento económico
Más de la mitad de las personas más pobres del mundo viven en países del G20 y una desigualdad cada vez mayor amenaza con impedir que se beneficien del crecimiento económico. La desigualdad de ingresos está creciendo en casi todos los países del G20, a pesar de estar disminuyendo en la mayoría de países de ingresos bajos y medianos bajos. Mientras tanto, los países del G20 consumen, por sí solos, casi todos los recursos naturales que el planeta es capaz de reponer cada año. Las insostenibles pautas de uso de los recursos nos están conduciendo a un cambio climático peligroso y están agotando los recursos naturales de los que dependen las personas que viven en la pobreza para subsistir.
Esto significa que muchas de las personas que viven en la pobreza se verán privadas de los beneficios del crecimiento, a pesar de que sobre ellas recaen los costes de esta expansión económica, debido a los efectos del cambio climático y de la degradación medioambiental. Si los países del G20 quieren garantizar un futuro próspero para todos sus ciudadanos deben empezar, desde este momento, a practicar lo que predican y abordar la igualdad y la sostenibilidad, dos retos vinculados pero distintos.
En Sudáfrica, nuestro modelo prevé que más de un millón de personas más se sumirán en la pobreza entre 2010 y 2020, a menos que se aborde la cuestión del rápido incremento de la desigualdad.
El resultado es un cambio climático peligroso y una degradación medioambiental que perjudican especialmente a las personas que viven en la pobreza. Éstas no sólo dependen en mayor medida de los recursos naturales para subsistir, sino que también suelen vivir en lugares que se han visto afectados de manera desproporcionada por el cambio climático.
Recomendaciones
Los responsables políticos deben prestar más atención a la desigualdad. Aunque existen algunos indicios que sugieren que esto podría estar a punto de suceder, actualmente la mayoría de los países del G20 está avanzando en una dirección incorrecta. Las palabras deben ir acompañadas de programas políticos integrales en todos los países del G20. La combinación exacta de políticas debería adaptarse a cada contexto nacional, pero las políticas de los países en desarrollo que han conseguido reducir la desigualdad nos indican los siguientes puntos de partida:
- transferencias redistributivas;
- inversión en el acceso universal a la sanidad y a la educación;
- fiscalidad progresiva;
- eliminación de los obstáculos a la igualdad de derechos y oportunidades para las mujeres;
- reforma de la propiedad de la tierra, para garantizar el acceso adecuado a las tierras y a otros recursos, e inversión en pequeños productores de alimentos.
Resolver el problema de la desigualdad no bastará, por sí solo, para garantizar un futuro próspero para todos. Los recursos naturales son la riqueza fundamental que depende la vida, y se están agotando rápidamente.
- Los países desarrollados deben tomar la iniciativa, avanzando más y más rápido en la disociación absoluta del crecimiento de su PIB del uso de los recursos naturales, incluyendo las emisiones de carbono.
- Deben controlar y empezar a incorporar a sus decisiones económicas el impacto que sus modelos de producción y sus hábitos de consumo tienen sobre una gran variedad de recursos naturales.
- Los países del G20 deben mostrar una mayor capacidad de liderazgo en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC).