Un enorme camión de dos pisos se aproxima rápidamente a Garadag en Fafigaab, al sur de Somalilandia. Transporta a nueve familias y lo que les queda de su ganado: algunas ovejas, cabras y burros. Se llevan hasta sus hogares, ya que las personas de esta zona que se dedican a la ganadería son nómadas; pueden montar y desmontar sus cabañas rápidamente y en cualquier lugar.
Esto es lo que llevan haciendo las comunidades de pastores durante siglos: seguir los movimientos de sus animales y de las estaciones cambiantes. Sin embargo, estas nueve familias se han tenido que trasladar seis veces en los últimos seis meses debido a los efectos que las sequías están teniendo en el Cuerno de África. Continúan buscando agua potable tanto para sí mismas como para sus animales con la esperanza de poder aguantar hasta que llegue la próxima estación de lluvias.
Las vidas de nueve familias ganaderas, su riqueza (sus animales) e incluso sus hogares están siendo transportados a este nuevo lugar donde esperan poder sobrevivir hasta la próxima estación de lluvias, para la que no falta mucho.
La región fue azotada por una sequía de 18 meses provocada por El Niño y el aumento de las temperaturas debido al cambio climático. Ahora, en medio de una sequía incluso mayor, la situación se ha vuelto catastrófica: los cultivos se han echado a perder y el ganado se muere. Además, la falta de agua potable aumenta el riesgo de cólera y otras enfermedades.
En Etiopía, Kenia, Somalia y en la región autónoma de Somalilandia, 10,7 millones de personas se enfrentan al hambre extrema. El temor a que la situación empeore es cada vez mayor, ya que las precipitaciones en marzo y a principios de abril en algunas zonas fueron muy escasas. Además, se esperan bajas precipitaciones desde abril hasta junio, cuando termina la estación de lluvias.
Miles de ovejas y cabras han muerto debido a la sequía constante en Somalilandia.
Las sequías no son algo nuevo en esta región, pero se están intensificando. Y cada vez hay un mayor número de estudios científicos que sugieren que el cambio climático aumenta su impacto.
Para muchas personas de África Oriental, esta es la peor sequía que se recuerda. Se encuentran ante el tercer año consecutivo con bajas precipitaciones y esto, unido a las altas temperaturas, ha acabado su capacidad para hacer frente a situación.
Familias de pastores nómadas se han trasladado al distrito de Garadag después de viajar 60 km en un camión con sus animales.
Comunidades de pastores nómadas en grave riesgo
Las famílias pastoras se encuentran entre las más afectadas por la sequía que ha arrebatado a un gran número de personas la mayor parte o incluso todo su ganado. Viven en zonas más apartadas y reciben muy poca ayuda del gobierno. Las sequías, cada vez más frecuentas, hacen que la recuperación entre unas y otras se vuelva más difícil, lo que aumenta la vulnerabilidad de las personas frente a nuevas crisis.
En la zona oriental de Somalilandia, que ha sido arrasada por la catástrofe, Oxfam ha sido testigo de cómo comunidades enteras han tenido que trasladarse, buscando agua y pastos y persiguiendo a unas lluvias que se han pronosticado pero que no llegan. Muchas personas afirman que esta sequía es peor que la experimentada en 2011, que provocó la muerte de un cuarto de la población, acabó con numerosos rebaños y dejó a las personas supervivientes sin medios para alimentarse o para ganarse la vida.
Mahmoud Geedi Ciroobay (en la imagen de arriba) es de Kalsheikh, que se encuentra a 60 km de la zona próxima a Garadag donde se han asentado las comunidades pastoralistas.
“Esta sequía está acabando con todo poco a poco”, afirma Mahmoud. “Primero acabó con la tierra y los pastos y luego con los animales que se fueron debilitando poco a poco hasta que murieron. Dentro de poco acabará con la gente. La gente padece gripe, diarrea y sarampión. Si no consiguen alimentos, agua potable y medicinas, acabarán muriendo como sus animales”.
Hace justo seis meses, la familia de Mahmoud tenía cerca de 1000 animales: 400 ovejas, además de cabras y camellos. Luego, empezaron a mudarse en busca de mejores pastos y de más agua para sus animales. Primero, se trasladaron a la zona de Erigavo y más tarde a El Alfweyn. “En los últimos seis meses, no hemos trasladado seis veces y cada vez que lo hacemos, perdemos ganado”.
Farhia Mohamad Geedi (arriba) tiene 25 años. Vino aquí junto con su hija de cuatro años, Zeinab, su madre y el resto de su familia con la esperanza de encontrar nuevos pastos para los pocos animales que tienen a su cuidado. Antes tenían 100 cabras y 100 ovejas, ahora no tienen ninguna.
“Los animales empezaron a morir en octubre/noviembre. Los últimos murieron en febrero. Así que ahora ayudamos a nuestros familiares a cuidar de los suyos. La decisión de venir aquí fue de todos ya que hay algunos pastos cerca que podrían ser beneficiosos para nuestro ganado”, afirma.
“Nos hemos tenido que trasladar cuatro veces en los últimos cuatro meses. Intentamos seguir a la lluvia a aquellos lugares en los que supuestamente va a caer. Pero no lo hace. Si no empieza a llover, no vamos a sobrevivir”.
Fotografías: Petterik Wiggers/Oxfam
A África Oriental se le acaba el tiempo
Hemos empezado nuestra respuesta humanitaria para luchar contra la sequía en Somalilandia en donde, junto con nuestros antiguos contactos y nuestras organizaciones socias, tratamos de tener el mayor impacto posible tan rápido como podamos.
En un principio llevaremos agua potable, saneamiento y dinero en efectivo a como mínimo 20.000 personas para que puedan adquirir los alimentos y medicinas que tanto necesitan. Y esperamos ampliar el alcance de nuestra respuesta a 200.000 personas en los próximos 12 meses.
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