La financiación privada debe desempeñar un papel esencial en la respuesta global al cambio climático, pero no puede sustituir a la financiación pública.
Los países pobres continúan sin saber con qué fondos contarán para hacer frente al cambio climático como consecuencia de una contabilización poco clara y la falta de transparencia por parte de los países ricos, según afirma Oxfam.
Tras otro año más de fenómenos meteorológicos extremos, los países en desarrollo se enfrentan a la amenaza inminente de que se genere un "abismo fiscal" desde el punto de vista climático.