Los campos de refugiados en el condado de Maban (Sudán del Sur), que dan cobijo a más de 100.000 refugiados sudaneses, son como bombas a punto de estallar ante la amenaza de un grave brote de enfermedades.
Las lluvias estacionales en Sudán y Sudán del Sur agravarán las ya terribles condiciones en los campos de refugiados, restringirán el acceso y los desplazamientos, y aumentarán el riesgo de contraer enfermedades.