Los efectos devastadores de El Niño de 2015-16 se dejarán notar en buena parte de 2017. Ayuda humanitaria con carácter urgente en las zonas donde la situación ya es de por sí grave, así como prepararse ante el fenómeno de La Niña más adelante este año, comprometerse a aplicar nuevas medidas que aumenten la resiliencia de las comunidades, y lograr una movilización mundial para abordar el cambio climático.