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Oxfam advirtió hoy que millones de personas en África oriental y central, que ya están sufriendo a causa de las inundaciones y el impacto del coronavirus, corren el riesgo de mayor hambre y pobreza a medida que la región se prepara para la última generación de langostas que saldrán del cascarón en junio, justo en el momento de la cosecha de los campos.

Las consecuencias económicas de la pandemia del coronavirus podrían arrastrar a 500 millones de personas más a la pobreza si no se toman medidas urgentes para rescatar a los países en desarrollo, alerta Oxfam.

Durante los últimos seis años, la Corporación Financiera Internacional (CFI) ha canalizado más de 50.000 millones de dólares a través del sector financiero. Sin embargo, cada vez más datos demuestran que este brazo crediticio para el sector privado del Grupo del Banco Mundial apenas controla a qué se destinan gran parte de estos fondos.

El asesinato la semana pasada de la activista hondureña Berta Cáceres, que lideraba la defensa de los derechos sobre la tierra de los pueblos indígenas, es una muestra de que las empresas internacionales no deben continuar apoyando la construcción de la presa de Agua Zarca, contra la que la activista luchaba.

Los donantes internacionales y el Banco Mundial deben recaudar 1.700 millones de dólares para mejorar los precarios sistemas sanitarios de los países afectados por el ébola.

Cada vez es más habitual que los fondos para el desarrollo se canalicen a través de terceros, como bancos o fondos de capital de inversión privados. El presente informe narra historias de personas que se esconden tras las altas finanzas y las estadísticas.

"El presidente del Banco Mundial, Jim Kim, y la directora del FMI, Christine Lagarde, han denunciado claramente los peligros de la creciente desigualdad. Esta semana queremos ver iniciativas reales que se ajusten a la retórica utilizada".

En referencia a la publicación del informe del Banco Mundial "Turn Down the Heat: Climate Extremes, Regional Impacts, a

El Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional deben abandonar la teoría económica del "efecto goteo" y liderar la lucha contra la desigualdad si realmente quieren acabar con la pobreza para el año 2030.