La violencia en la República Centroafricana ha obligado a muchos comerciantes mayoristas y pastores a huir del país, haciendo temer un colapso del mercado que exacerbaría la crisis alimentaria actual.
La reciente oleada de adquisiciones de tierra a gran escala y otras inversiones comerciales en agricultura han suscitado la preocupación que los pequeños agricultores estén siendo marginados.