Las organizaciones humanitarias temen que los recientes progresos queden anulados ante las previsiones que apuntan a que el número de personas que padecerá hambre severa aumentará hasta el millón durante los tres primeros meses de 2015.
La transferencia de armas a Siria provocaría un mayor sufrimiento a los civiles atrapados en el fuego cruzado e impulsaría una mortífera competición por las armas.