En América Latina, 58 millones de mujeres viven en el campo. Sin embargo, solamente el 30% de ellas posee tierras agrícolas y apenas el 5% tiene acceso a asistencia técnica en el mundo. Un mejor diseño de las políticas públicas sobre adaptación al cambio climático que incluyan un verdadero enfoque de género podrá ayudar sin duda, a reducir las brechas que agudizan esta vulnerabilidad.