Las desigualdades matan, contribuyendo a la muerte de al menos una persona cada cuatro segundos. Hacen que el mundo sea menos seguro para todas y todos nosotros y, especialmente, para las personas más pobres, las mujeres y las niñas, y las personas racializadas. Esta realidad no es fruto del azar, sino que se trata de una elección. Combatamos las desigualdades para lograr un futuro más igualitario.