La pandemia de COVID-19, unida a la plaga de langostas y las crisis climáticas, han sumido a la región de África Oriental en la peor crisis económica en décadas. A pesar de ello, los Gobiernos planean reducir las inversiones públicas en servicios que benefician a las personas más vulnerables. Estos recortes agravarán la pobreza y las desigualdades en la región. Pero aún no es demasiado tarde para cambiar el rumbo.