Las crecientes desigualdades están fracturando nuestro mundo. Esto nunca ha sido fruto del azar, sino el resultado de decisiones deliberadas. No obstante, tenemos la oportunidad de reformar drásticamente nuestros modelos económicos para que se basen en la igualdad. Podremos crear una economía en la que nadie viva en la pobreza: una economía donde las desigualdades dejen de matar.