Actualmente, dos tercios de la población de Yemen no saben cómo conseguirán su próxima comida.
El prolongado y devastador conflicto que comenzó en marzo de 2015 sigue arruinando las vidas de la mayoría de los y las yemeníes. Su economía maltrecha, el elevado desempleo y el impago de salarios han destrozado la economía de los hogares y obligado a muchas familias a endeudarse. Millones se han quedado sin sustento y sufren déficit alimentario y malnutrición.
Si no actuamos inmediatamente, este país podría convertirse en lo que la ONU ha descrito como la peor hambruna en décadas. Tú puedes ayudar.
Un país hambriento
La crisis alimentaria de Yemen es resultado directo de la guerra. Su economía se ha reducido a la mitad desde 2015 y más del 80% de la población yemení vive por debajo el umbral de la pobreza. La caída de los ingresos y el aumento de los precios han dejado muchos productos alimenticios básicos fuera del alcance de la mayor parte de la población.
Al ser un país con déficit alimentario, Yemen siempre ha dependido enormemente de las importaciones, que se han visto socavadas conscientemente por las distintas partes del conflicto. Esto ha afectado gravemente el suministro de alimentos y otros productos básicos. El hambre está muy presente en todo el país, incluso a cientos de kilómetros del frente de batalla.
Las familias no tienen otra opción que recurrir a medidas perjudiciales y desesperadas para evitar el hambre. Muchas reducen la cantidad de alimentos que comen o incluso se saltan comidas. Algunas se ven obligadas, además, a acumular deudas, a enviar a miembros de la familia a pedir limosna o a vender sus bienes para comprar alimentos.
Las mujeres son las más perjudicadas
Las mujeres sufren estos drásticos niveles de inseguridad alimentaria y malnutrición de manera desproporcionada. Son las últimas en comer y las que menos cantidad ingieren, pues priorizan la alimentación de los miembros más jóvenes y más ancianos de la familia, o utilizan el dinero para otras necesidades del hogar. Tienen cada vez más problemas para acceder a hospitales y a asistencia médica, están expuestas a mayores riesgos y sufren elevados niveles de todo tipo de violencia.
El matrimonio precoz, un problema ya de por sí alarmante en Yemen, ha aumentado de nuevo desde la intensificación del conflicto. Niñas de tan solo 8 o 10 años son obligadas a casarse para reducir el número de bocas que alimentar, pero también para recibir ingresos gracias a la dote y así alimentar al resto de la familia y saldar deudas.
La familia de Mona huyó de la zona de conflicto y no tienen ingresos, ya que el padre, psicológicamente afectado por la guerra, sufrió una enfermedad mental y abandonó a la familia. El menor de los hijos de Mona sufre malnutrición, además de otras enfermedades. Fotografía: Sami M. Jassar/Oxfam
La respuesta de Oxfam
Desde julio de 2015, Oxfam ha proporcionado ayuda a más de tres millones de personas de nueve provincias de Yemen. Nuestra labor incluye:
- Seguridad alimentaria y restablecimiento de los medios de vida: proporcionamos transferencias de dinero a las comunidades de acogida y a las desplazadas para que puedan alimentarse y mantener sus negocios.
- Suministro de agua: Llevamos agua en camiones a campos de desplazados internos, instalamos bombas de agua solares y reparamos redes de suministro de agua.
- Saneamiento: Construimos letrinas provisionales y distribuimos kitsde higiene.
Actualmente, Yemen se enfrenta a la mayor crisis de seguridad alimentaria del mundo. No se trata de una amenaza futura. Si no se actúa inmediatamente para poner fin al conflicto, miles de personas morirán incluso antes de que se declare la hambruna.