Cómo el cambio climático está agravando la sequía y el desastre humanitario en África Oriental
Aproximadamente once millones de personas en Kenia, Etiopía y Somalia están sufriendo una peligrosa situación de hambre extrema y necesitan asistencia humanitaria. En Somalia, las zonas más afectadas por la sequía están al borde de la hambruna.
Esta crisis podría agravarse considerablemente durante las próximas semanas, ya que en muchas zonas apenas ha llovido durante los meses de marzo y principios de abril, y las previsiones indican que las precipitaciones también serán escasas entre abril y junio, cuando termina la época de lluvias.
Cada vez más estudios científicos indican que es probable que el cambio climático haya agravado las consecuencias de la actual sequía en África Oriental, así como de las que se han producido en los últimos años. El cambio climático no es una amenaza lejana o futura, sino que ya está contribuyendo a exacerbar esta incipiente catástrofe, en la que la pobreza, la desnutrición crónica, una gobernanza débil, los conflictos y el cambio climático se han unido para crear una tormenta perfecta. Aunque todavía hay quien niega la gravedad del cambio climático y cuestiona la necesidad de combatirlo, otras personas están luchando por sobrevivir, mientras el cambio climático agrava una situación ya de por sí complicada.
Un sufrimiento de esta magnitud debería ser el motivo más poderoso para tomar medidas contra el cambio climático. Los Gobiernos de la región y de todo el mundo tienen que dar un paso al frente, asumir su responsabilidad y prestar urgentemente una asistencia humanitaria que permita salvar vidas. Además, la ayuda humanitaria a corto plazo debe ir acompañada de medidas de apoyo que permitan fortalecer la resiliencia de los pastores y los pequeños agricultores. Esta crisis seguirá repitiéndose si no se adoptan medidas a nivel global para reducir las emisiones y ayudar a que las personas más pobres del mundo puedan hacer frente a los efectos del cambio climático.