En 2011, Somalia experimentó una devastadora hambruna que se cobró la vida de más de 250 000 personas, la mitad de ellas menores de cinco años. A pesar de las repetidas señales que alertaban de una crisis inminente, la comunidad internacional no actuó a tiempo.
Tales de alerta y las alarmas de los últimos dos años, el compromiso de adoptar medidas preventivas se ha demostrado fallido. Una vez más, estamos respondiendo demasiado tarde y con recursos insuficientes para evitar la crisis. El número de personas que padece un nivel crítico de hambre en Etiopía, Kenia y Somalia se ha duplicado con creces desde 2021, pasando de 10 millones de personas a más de 23 millones en la actualidad.
Oxfam y Save the Children se han unido al Jameel Observatory para analizar los cambios que se han producido en los sistemas de respuesta y medidas preventivas en el Cuerno de África desde 2011. La investigación también evidencia que los Gobiernos y los actores internacionales continúan simplemente respondiendo a los efectos de la sequía, en lugar de gestionar los riesgos antes de que esta se produzca, y no están tomando medidas a la altura de las alertas tempranas.