La desigualdad económica extrema y la desigualdad de género deben abordarse conjuntamente
El aumento de la desigualdad económica es un duro golpe para la lucha contra la desigualdad de género y una amenaza para los derechos de las mujeres.
El fortalecimiento económico de las mujeres tiene la capacidad potencial de mejorar la vida de muchas de ellas y de contribuir al crecimiento económico. Pero si no se abordan de manera urgente las causas de la desigualdad económica extrema, la mayor parte de los beneficios del crecimiento económico generado por las mujeres irá a parar a manos de quienes ya están en lo más alto de la economía.
Las mismas dinámicas que generan la desigualdad económica –el secuestro de la democracia y el fundamentalismo de mercado– aumentan también la desigualdad de género. Atajar estas dinámicas, mediante instituciones democráticas responsables, trabajo decente, sistemas fiscales progresivos y la provisión universal de servicios públicos, permitirá ganar la doble batalla contra las desigualdades económicas y de género, y hacer del mundo un lugar más justo y mejor.