Se nos olvida muy fácilmente la suerte que tenemos de disponer de agua potable. En los países ricos, el agua limpia y potable es tan abundante y fácil de conseguir que simplemente no la valoramos. El acceso a agua potable es un derecho humano básico.
Sin embargo, cada día en el mundo miles de millones de personas que viven en la pobreza siguen encontrando problemas para acceder a fuentes de agua potable. Muchas pasan numerosas horas haciendo cola o recorriendo largas distancias para obtenerla, además de tener que hacer frente a las consecuencias sanitarias de emplear agua contaminada.
Millones de personas enferman o mueren cada día porque se ven obligadas a subsistir sin este servicio tan básico. Las enfermedades provocadas por el consumo de agua no potable y la falta de sistemas de saneamiento básicos matan a más personas cada año que todas las formas de violencia juntas, incluida la guerra, lo que la convierte en una de las cuestiones sanitarias más importantes del mundo.
El precio del agua no potable
2.200 millones de personas no tienen acceso a agua potable en sus hogares.
2.300 millones de personas carecen de acceso a servicios básicos de saneamiento, como inodoros o letrinas.
Aproximadamente el 80 % de las aguas residuales del mundo vuelven al medio ambiente sin haber sido tratadas.
Cada día más de 800 niños y niñas menores de cinco años mueren a causa de la diarrea provocada por la ingesta de agua sucia.
700 millones de personas en todo el mundo podrían tener que desplazarse debido a la profunda escasez de agua en 2030.
El agua es fundamental para casi cualquier aspecto del trabajo de Oxfam. Con nuestras respuestas humanitarias y nuestras campañas, así como nuestros programas de desarrollo a largo plazo, buscamos ayudar a las familias a mejorar sus ingresos, reducir su vulnerabilidad ante los desastres y defender sus derechos.
Nuestro trabajo incluye la garantía de un acceso equitativo al agua tanto en cantidad como en calidad, lo que ayuda a prevenir enfermedades y a proteger vidas y medios de vida. Luchamos por reducir los riesgos para la salud ambiental a través de la gestión de los servicios de saneamiento de forma segura y digna. También buscamos que mujeres y hombres participen en la gestión del agua y los recursos de saneamiento y sigan prácticas higiénicas seguras para aumentar los beneficios en las comunidades.
El agua en situaciones de emergencia
En situaciones de emergencia, los sistemas de suministro de agua y saneamiento de los que dependen las comunidades a menudo resultan dañados o se sobrecargan. Además, las personas están con frecuencia traumatizadas, hambrientas, deshidratadas y exhaustas, por lo que son más vulnerables a la contracción de enfermedades como la diarrea o el cólera. Asimismo, las reparaciones o la ampliación de los sistemas requieren tiempo, un tiempo del que las personas que los necesitan para sobrevivir no disponen. Sin agua, el ser humano no puede sobrevivir mucho más de tres días.
Por eso, gran parte de nuestra respuesta humanitaria se centra en proporcionar a las personas supervivientes suministros de agua potable y en reducir los riesgos para la salud pública. Nuestro personal experto en abastecimiento de agua y salud pública es conocido a nivel internacional debido a la velocidad y eficacia con la que instalan sistemas de suministro de agua de gran escala y servicios básicos de saneamiento, incluso en las situaciones más difíciles.
A través de la innovación, hemos sentando las bases de numerosos métodos y tecnologías en el sector que en la actualidad se usan de forma generalizada, como cisternas para el almacenamiento de agua fáciles de montar, cubos de agua, unidades de tratamiento de agua y soportes para letrinas.
El agua potable reduce la pobreza
El acceso a agua potable también está profundamente relacionado con la pobreza. La escasez de agua y su mala calidad, así como los sistemas de saneamiento inadecuados, afectan negativamente a la seguridad alimentaria, los medios de vida y las oportunidades educativas de las familias pobres en todo el mundo, especialmente en el caso de las mujeres y niñas que dedican horas a recorrer largas distancias para conseguir agua.
Para Oxfam, hacer frente a las causas principales de la pobreza a menudo pasa por abordar estas injusticias relacionadas con el agua. Por eso, en la actualidad colaboramos en numerosos proyectos a largo plazo. Estos buscan soluciones sostenibles para proporcionar agua potable y servicios de saneamiento. También pretenden abordar la inseguridad con respecto al agua a través de una gestión y distribución de los recursos hídricos más justa y eficiente.
Disponer de agua potable y un entorno limpio no debería ser un lujo. Tenemos que conseguir que todo el mundo tenga acceso a agua potable y servicios de saneamiento, independientemente de quiénes sean o de dónde vivan. No podemos poner fin a la pobreza si no solucionamos este problema.