En 2011, Somalia experimentó una devastadora hambruna que se cobró la vida de más de 250 000 personas. A pesar de las repetidas señales que alertaban de una crisis inminente, la comunidad internacional no actuó a tiempo. Tan solo algo más de una década después y a pesar de las diversas señales de alerta y las alarmas de los últimos dos años, estamos respondiendo demasiado tarde y con recursos insuficientes para evitar la crisis.