Cada vez más estudios científicos indican que es probable que el cambio climático haya agravado las consecuencias de la actual sequía en África Oriental, así como de las que se han producido en los últimos años. Los Gobiernos de la región y de todo el mundo tienen que dar un paso al frente, asumir su responsabilidad y prestar urgentemente una asistencia humanitaria que permita salvar vidas.