A medida que el año 2020 se acerca a su fin, la devastación económica causada por la pandemia de la COVID-19 no da señales de apaciguarse. Nuestro análisis muestra que ninguna de las prestaciones a personas desempleadas, gente mayor, menores de edad o las familias, dadas en los países de ingresos bajos y medios han sido de una cantidad suficiente como para satisfacer las necesidades básicas.