Las mujeres de comunidades rurales y países en desarrollo destinan hasta 14 horas diarias a trabajos de cuidado esenciales. No se puede eliminar o reducir el tiempo de dedicación a todas las tareas, pero en el caso algunas sí es posible. Y hacerlo supondría que las mujeres y las niñas dispondrían de más tiempo para poder trabajar, estudiar o contribuir a sus comunidades.