La falta de soluciones reales al injusto sistema fiscal internacional y a la privatización del desarrollo provocan los peores resultados de la III Conferencia Internacional sobre Financiación para el Desarrollo.
Los donantes internacionales deben contribuir a que Malí recupere su capacidad de gobierno y a evitar que quede sumido en la ruina económica para, así, poder alcanzar la paz tras la intervención militar liderada por las tropas francesas.
Los avances en materia de desarrollo conseguidos en Afganistán en la última década corren el riesgo de irse por la borda si los niveles de ayuda se desmoronan junto con la retirada de las tropas internacionales en 2014.
Con carácter previo a la cumbre de esta semana del G20 (3 y 4 de noviembre) Oxfam prevé que las ayudas procedentes de los países ricos se reduzcan en al menos 9.500 millones de dólares hacia finales de 2012.
Oxfam advirtió ayer que el G8 ha fracasado a la hora de cumplir con sus promesas de ayuda y que están empleando contabilidad creativa para cubrir su rastro.