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Cientos de miles de personas, que se quedaron sin hogar por los terribles terremotos que azotaron Turquía y Siria hace diez días, viven ahora hacinadas en refugios temporales sin suficiente agua potable ni inodoros.

Los daños a la infraestructura de transporte, como carreteras, puentes y el aeropuerto, siguen obstaculizando la respuesta humanitaria y limitando el suministro de materiales. Estamos trabajando lo más rápido posible para poder ayudar a 500 000 personas afectadas por el terremoto y el posterior tsunami. Te explicamos cómo.

El equipo de Oxfam en Ecuador está trabajando con el gobierno para establecer la efectiva distribución de sistemas de agua potable en Portoviejo y Pedernales, dos de las comunidades más afectadas por el sismo de 7,8 grados que golpeó la costa norte del país el pasado 16 de abril.

Oxfam ha publicado hoy, un año después del terremoto que causó 8.700 víctimas mortales, un nuevo informe en el que advierte de que la población más pobre y vulnerable de Nepal está en riesgo de quedar excluida del proceso de reconstrucción y recuperación.

Ante el terremoto de 7,8 grados en la escala de Richter que sacudió la región noroeste de Ecuador el pasado sábado, Oxfam (Oxfam Intermón en España) ha empezado ya a realizar las primeras tareas para asegurar la atención en las poblaciones afectadas. 

Las casas de decenas de miles de personas han quedado destruidas o sufrido graves daños hasta tal punto que no resulta seguro volver a ellas.

Tres camiones con lonas, colchones, contenedores de agua, tabletas de cloro y lámparas solares han salido de Gorkhpur y otros dos desde Calcuta con filtros de agua y materiales de construcción de letrinas. 

La gente de Nepal precisa urgentemente de refugio, agua potable, alimentos y atención médica. Gracias a tu ayuda hemos empezado a proporcionar agua potable e instalaciones de saneamiento en los campamentos a los sobrevivientes y estamos evaluando las necesidades de las areas rurales.

Oxfam ha advertido hoy de que el flujo de personas y mercancías que satura la capacidad del aeropuerto de Katmandú en Nepal, unido a la escasez de combustible en el país, está menoscabando los esfuerzos de las organizaciones humanitarias.