¿Qué hacemos desde Oxfam en los Territorios Ocupados Palestinos e Israel (TOPI)?
Oxfam lleva trabajando en los TOPI desde hace sesenta años, con una oficina de país establecida allí en los años ochenta. Oxfam colabora con organizaciones israelíes y palestinas para intentar mejorar las condiciones de vida de la población palestina marginada y con menos recursos en la Franja de Gaza y Cisjordania, incluyendo Jerusalén Este. Nuestro trabajo se centra sobre todo en temas de desarrollo agrícola, atención sanitaria de emergencia y básica, educación, protección de la población civil y defensa de los derechos de las mujeres. Apoyamos, por ejemplo, a cooperativas de mujeres productoras de aceite para ayudarles a mejorar la calidad de sus productos y abrirse nuevos mercados. También colaboramos con otras organizaciones humanitarias en defensa de los derechos civiles y políticos, así como en la lucha contra aquellas políticas que provocan pobreza e injusticias.
¿Cuál es la posición de Oxfam en el conflicto?
Deseamos que se llegue a un acuerdo justo y duradero entre israelíes y palestinos que ponga fin a la ocupación y asegure la paz, la seguridad y la prosperidad de ambas partes. Desde Oxfam lanzamos un llamamiento para que haya una solución global negociada que se base en el derecho internacional y apoyamos “la fórmula de los dos Estados”, demandada por la comunidad internacional. Condenamos toda violencia contra la población civil de ambas partes y creemos que tanto los israelíes como los palestinos merecen vivir dignamente, libres del miedo a la violencia y a la opresión.
¿Por qué en Oxfam nos posicionamos contra los asentamientos?
Muchos gobiernos de todo el mundo consideran que los asentamientos israelíes en Cisjordania suponen una violación del derecho internacional y uno de los mayores obstáculos para la paz. En nuestro trabajo diario allí, somos testigos del impacto negativo de dichos asentamientos en las condiciones y medios de vida de los comerciantes, granjeros y pastores palestinos. Estos asentamientos constituyen una de las principales causas de la pobreza palestina, así como una violación de los derechos que estamos intentando promocionar con nuestro trabajo cotidiano en la zona.
Pero los asentamientos siguen ampliándose por toda Cisjordania; en los últimos veinte años, la población de colonos se ha más que duplicado, hasta alcanzar los 520.000 actuales. Esto se ha traducido en la confiscación de tierras y recursos palestinos, lo que está incrementando la pobreza.
Los asentamientos también amenazan la viabilidad de un futuro Estado palestino, pues están mutilando Cisjordania hasta reducirla a 167 enclaves desconectados entre sí. Aunque desde Oxfam apoyamos la solución de los dos Estados, los asentamientos suponen en realidad una amenaza directa contra la misma.
Pero los asentamientos también ofrecen trabajo a los palestinos, ¿no es así?
La ocupación, que consiste en gran medida en los asentamientos israelíes en Cisjordania, precisamente, es una de las causas de la pobreza. Según el Banco Mundial, las restricciones impuestas a la población palestina en cuanto a acceso al Área C ―el 61 % del territorio de Cisjordania que está bajo control total del gobierno israelí y donde se ubica la mayoría de los asentamientos― suponen un coste para la economía palestina de aproximadamente 3.400 millones de dólares estadounidenses al año. Como resultado de ello, el desempleo en Cisjordania se ha disparado, condenando al paro a casi uno de cada tres jóvenes menores de 29 años en edad de trabajar.
Algunos palestinos, efectivamente, encuentran trabajo en las granjas y fábricas de los asentamientos, pero esto se debe a que les han arrebatado otros medios de vida y carecen de otras opciones.
En Oxfam trabajamos con productores de olivos y con pastores que viven cerca de asentamientos por toda Cisjordania. Se les ha prohibido el acceso a partes de sus propios terrenos y reciben mucha menos agua por habitante que los colonos israelíes. Los palestinos que viven en el Área C se ven obligados a pedir permisos a las autoridades israelíes para construir nuevas casas, pozos, sistemas de irrigación o cuadras para animales, pero más del 95 % de las peticiones palestinas son finalmente rechazadas. Mientras, los asentamientos israelíes siguen ampliándose. Alrededor de 800.000 olivos han sido arrancados y, sólo en el año pasado, se han demolido más de 660 hogares y propiedades palestinas. La producción aceitera palestina se ha desplomado un 40 % en la última década. Incapacitados pues para vivir de sus propios medios en sus propias tierras, la única opción viable para muchos palestinos consiste a menudo en buscar empleo en las fábricas y granjas de los asentamientos, que reciben numerosas ayudas del gobierno israelí.
¿Apoyamos desde Oxfam el boicot a Israel?
No. Nos oponemos, a los asentamientos israelíes en Cisjordania, pues se están construyendo ilegalmente sobre tierras ocupadas, incrementan la pobreza de los palestinos y amenazan la viabilidad de la solución de los dos Estados. Sin embargo, no nos oponemos al comercio con Israel ni apoyamos el boicot a los productos israelíes, como a los de ningún otro país. No financiamos actividades que llamen al boicot, a la desinversión o a sanciones.
En Oxfam pensamos que la mejor manera de superar la pobreza y la injusticia global es construir una sociedad civil fuerte y activa y sabemos que esta siempre va a incluir numerosas opiniones y perspectivas diferentes. Colaboramos con más de 30 organizaciones socias israelíes y palestinas y tampoco esperamos que estén de acuerdo con nosotros en todas las cuestiones políticas. Algunas de estas organizaciones tal vez apoyen el boicot, pero en cualquier caso nosotros nunca financiamos esa parte de su trabajo. Tampoco financiamos ni apoyamos a ninguna organización que promueva el antisemitismo ni otras prácticas discriminatorias o violentas.
Pero sí creemos que el comercio con los asentamientos, o con empresas ubicadas en los mismos, contribuye a legitimar su presencia y a negar los derechos de los palestinos. Por eso promovemos un consumo ético y apoyamos el derecho de los consumidores a conocer el origen de los productos que compran. Así que instamos al gobierno de Israel a que garantice un etiquetado apropiado de los productos israelíes en general y de los productos de los asentamientos en particular, de manera que los consumidores puedan distinguir entre ambos.