Las pequeñas distribuciones en efectivo mejoran la vida de una familia de personas refugiadas en Sudán del Sur

Shaima Ali, a refugee from Sudan in Renk, South Sudan speaks on her experience relocating after being displaced from the conflict in Sudan while holding her baby Fahima during feeding time.

Shaima Ali, una mujer de Sudán refugiada en Renk, Sudán del Sur, habla de su experiencia al tener que desplazarse a causa del conflicto en su país mientras alimenta a su bebé Fahima. (Crédito de la foto: Herison Philip Osfaldo/Oxfam)

Written by Fatuma Noor 

Huir del conflicto de Sudán con su familia estando embarazada de seis meses de su hija fue realmente complicado. Sin embargo, en ciertos aspectos, los retos a los que se enfrentó Shiama Ali al llegar a Sudán del Sur fueron igual de duros. 

"Cuando llegamos, la situación era muy difícil", dice Ali. Su familia no tenía recursos económicos y su marido padecía una enfermedad, por lo que Ali tuvo que buscar la manera de sacar adelante a sus tres hijos, y a la que venía de camino. "Me vi obligada a ir al bosque a recolectar leña para vender; tenía que andar tres horas para llegar, y embarazada".

"No tenía a nadie para ayudarme, era la responsable de todo en casa."

Shaima Ali, una mujer de Sudán refugiada en Renk, Sudán del Sur,

La entrada de personas refugiadas en Sudán del Sur

Ali y su familia forman parte de las más de 978 693 personas refugiadas de Sudán (y residentes de Sudán del Sur que han retornado) que huyen del violento conflicto y buscan refugio en el país. Según la Clasificación Integrada de la Seguridad Alimentaria en Fases (CIF) en un informe publicado en diciembre de 2024, la violencia en Sudán está provocando también una hambruna. 

"La mitad de la población (24,6 millones de personas) se enfrenta a altos niveles de inseguridad alimentaria aguda provocada por el devastador conflicto, que ha desencadenado desplazamientos masivos sin precedentes, así como el colapso de la economía y de los servicios sociales esenciales, sumado a la falta de eficiencia del acceso humanitario". 

En el informe de la CIF, se describen las condiciones de hambruna en cinco zonas de Sudán, y se prevé que la situación se haya extendido a otras zonas de cara a marzo de 2025. 

Ali y su familia viven en un refugio improvisado con una estructura de madera y un recubrimiento de plástico junto con otras dos familias. La zona en la que vive la familia de Ali está separada del resto por un biombo de tela desgastada, y todas las personas cocinan al aire libre utilizando carbón como combustible. Su vivienda se encuentra hacinada entre miles de otras familias de personas refugiadas. 

Oxfam está ayudando a la población de Renk, que se encuentra en la frontera con Sudán, instalando sistemas de emergencia de agua potable, aseos e instalaciones de baño. Asimismo, Oxfam proporciona kits de higiene e higiene femenina, con artículos esenciales como jabón, detergente para lavar la ropa y cepillos y pasta de dientes. Los kits de higiene femenina que se entregan a las mujeres contienen ropa interior, artículos menstruales y una linterna que funciona con energía solar. 

El agua, el saneamiento y el mantenimiento de una higiene adecuada resultan esenciales para evitar las enfermedades transmitidas por el agua, como el cólera, que han demostrado ser una grave amenaza. En octubre de 2024, el Ministerio de Salud de Sudán del Sur declaró un brote de cólera en Renk, donde ya se han registrado cientos de casos. El hacinamiento y el estado en el que se encuentra la ciudad siguen contribuyendo a la propagación de la enfermedad. 

A finales de 2024, Oxfam había ayudado a más de 140 000 personas a cruzar la frontera y buscar refugio en Sudán del Sur. 

El dinero en efectivo: una forma de protección

"Lo más difícil aquí es la escasez de alimentos", afirma Ali. "Todos los hogares pasan hambre. Algunas noches, se escuchan llantos de bebé. Si preguntas por qué lloran, te dirán que es porque no han comido nada".

"La escasez de alimentos es el mayor problema". 

Para conseguir dinero y comprar comida para su familia, Ali solía acudir a los bosques más cercanos para recolectar leña, que vendía al regresar al campamento. Recorrer largas distancias solas puede suponer un peligro para las mujeres. 

Para reforzar su seguridad, Oxfam está distribuyendo dinero en efectivo: a través de transferencias monetarias multipropósito, hasta el momento Oxfam ha ayudado a 32 247 personas en esta zona de Sudán del Sur. 

Shaima Ali, a refugee from Sudan selling charcoal outside her home in Renk, South Sudan.

Shaima Ali, refugiada de Sudán vende carbón en la puerta de su casa en Renk, en Sudán del Sur. (Crédito de la foto: Herison Philip Osfaldo/Oxfam)

"Con la ayuda de Oxfam, pude dejar de ir al bosque y abrir un pequeño negocio para mantenerme con la asistencia en efectivo que recibía".

Con los primeros 80 dólares estadounidenses que recibió gracias a Oxfam, también pudo comprar ropa para su hija recién nacida. 

Con los siguientes 50 dólares, invirtió en ropa de cama. "Cuando di a luz, dormía en el suelo con una esterilla, pero a mi hija le picó un insecto. Decidí destinar el dinero que Oxfam me había dado a comprar una cama y un colchón, donde ahora duermen todos mis hijos", explica Ali. 

Y lo que es más importante, su negocio y la ayuda en efectivo de Oxfam han permitido que Ali pueda comprar alimentos suficientes para su familia.

"Después de recibir ayuda de Oxfam, mis hijos no han vuelto a pasar hambre. Cada vez que obtengo beneficios del negocio, compro algo de comida para ellos".

Sus comidas suelen consistir en sorgo, quingombó y alubias. 

Al haber podido mejorar su descanso y tener acceso a unos pequeños ingresos y algo de dinero para alimentos, Ali y su familia ahora son un poco más felices. Asegura que "su vida ha mejorado" gracias a la asistencia en efectivo. 

La vida en un campo de refugiados no es nada fácil, ya que los hijos de Ali sufren problemas de salud y no pueden ir a la escuela. Al ver las dificultades a las que se enfrentan otras mujeres embarazadas, desearía que Oxfam y el resto de grupos de ayuda pudieran hacer más para ayudarlas. 

Pero Ali agradece el dinero y la ayuda de Oxfam. "Cuando llegué aquí, la primera ayuda que recibí fue de Oxfam", dice. "Oxfam me ofreció apoyo".