Una nueva investigación de Oxfam y sus organizaciones socias revela que, si bien la pandemia de COVID-19 y los esfuerzos para contener su propagación han provocado un incremento del volumen de trabajo de cuidados no remunerado que recae sobre las mujeres (y los hombres), son ellas quienes continúan realizando la mayor parte de este trabajo.
La desigualdad económica es consecuencia de un sistema fallido y sexista que valora más la riqueza de una élite privilegiada, en su mayoría hombres, que los miles de millones de horas del esencial trabajo de cuidados no remunerado o mal remunerado que llevan a cabo fundamentalmente mujeres y niñas en todo el mundo. Esto tiene que cambiar.
Las mujeres y las niñas trabajan increíblemente duro para cuidar de los demás. Este trabajo de cuidados está ni remunerado ni considerado como un trabajo real. Si lo valorásemos como el resto de los trabajos, tendría un valor de casi 11 billones de dólares al año. Pero su verdadero valor es mucho mayor. Hora de cuidar a las cuidadoras para luchar contra la desigualdad y acabar con la pobreza.